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Marta y el compromiso que escondía su hazaña

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Marta Figueras Dotti, con el trofeo de campeona del British Open.
Marta Figueras Dotti, con el trofeo de campeona del British Open.

Marta Figueras-Dotti es la única española que, hasta la fecha, ha conseguido ganar el British Open, y lo logró siendo amateur en el año 1982 demostrando un inmenso compromiso por el golf español. Si bien es cierto que en aquella época aún no era uno de los ‘Majors’, sí era el torneo más importante del calendario europeo, y ahí se consagró como la gran jugadora que demostraría ser a lo largo de estos 36 años como profesional de golf.

Sin embargo esa victoria no fue algo casual, ya que la relación de Marta con el Open Británico ha sido muy estrecha siempre, quedando entre las cinco primeras clasificadas en más de cinco ocasiones.

Marta y el British

“La primera vez que me invitaron a jugarlo fue en el año 1979, era el Colgate British Open y fuimos Cristina Marsans y yo, que veníamos de ganar el Campeonato Internacional de Italia, el de Francia y el Torneo de Campeones de Europa. Fue una semana muy especial, siempre lo he jugado bien, siempre se me han dado bien las islas, es el golf puro, en esencia. Al año siguiente volví a jugarlo a Wentworth y quedé segunda, lo ganó Debbie Massey, fue increíble, me sentía fenomenal. En el 81 también jugué bien y el año importante fue el 82.

«Siempre he jugado bien el british, siempre se me han dado bien las islas, es el golf puro, en esencia»

Ese año habíamos ganado el Campeonato Internacional de Francia, de Italia, volvía de la Universidad de Southern California recién graduada y nada más llegar gané el Campeonato de España de Vallromanes. En principio mi idea era seguir como amateur pero al ganar ese campeonato me di cuenta de que, si quería seguir mejorando mi golf la única forma era pasándome a profesional y jugar con las mejores del mundo. Pero ese año había Mundial en Ginebra y yo me había comprometido a jugarlo con el equipo, y por eso esperé a hacerme profesional después. No era consciente de lo que vendría enseguida.

Me fui a Royal Birkdale con mi Pepito del alma (Gallardo), pero no venía de caddy, venía acompañándome. De caddy tenía a Bobby Mattison, un chico local a quien conocí la primera vez que jugué en Escocia. Al llegar allí en el 79 yo pedí un caddy local, y fue estupendo y divertido, vino conmigo siempre incluso cuando me hice profesional estuvo conmigo un año y medio, le tengo mucho cariño.

Marta, junto a Paula Martí y Carlota Ciganda.
Marta, junto a Paula Martí y Carlota Ciganda.

Jugando el torneo, y viendo que iba bien, me dijeron que podía hacerme profesional allí mismo, antes incluso de terminar el torneo, pero mi compromiso con la Federación era más fuerte y no quise hacerlo antes del Mundial, de lo cual estoy muy orgullosa.

«En aquella época era todo muy diferente, no sólo el ambiente, la forma de jugar, era todo, pegábamos bolas e íbamos a buscarlas, no había campo de prácticas, era todo muy british, muy rústico»

En aquella época era todo muy diferente, no sólo el ambiente, la forma de jugar, era todo, pegábamos bolas e íbamos a buscarlas, no había campo de prácticas, era todo muy british, muy rústico. El último día no iba líder, pero sabía que tenía opciones. Recuerdo que aquella noche estaba súper nerviosa, jugué el campo mil veces, dale que te pego para arriba y para abajo, y salí a por todas, a jugar mi mejor golf pero lo cierto es que fue una victoria muy inesperada. Yo en aquella época sabía de algunas profesionales pero no las conocía, y ellas a mí menos, en aquellos tiempos nadie se interesaba por los amateur. Yo creo que nadie se imaginaba que lo ganaría yo y fue increíble”.

Y aún más increíble fue, en aquellos tiempos, el recibimiento que tuvo en el aeropuerto de Barajas, algo que hoy en día, sobre todo en el deporte femenino, se echa de menos.

“Nada más salir del avión, por supuesto estaban mis padres esperándome, y allí estaba Olga Viza, me quedé impresionada, me di cuenta de que había hecho algo grande para el golf español»

“Nada más salir del avión, por supuesto estaban mis padres esperándome, y allí estaba Olga Viza, me quedé impresionada, me di cuenta de que había hecho algo grande para el golf español. Me hizo una entrevista espectacular, fue alucinante. Recibí muchas felicitaciones, muchos telegramas de aquella época y guardo con gran emoción una carta cariñosísima que recibí de Seve Ballesteros. Fue muy emocionante”.

«Recibí muchas felicitaciones, muchos telegramas de aquella época y guardo con gran emoción una carta cariñosísima que recibí de Seve Ballesteros«

Esa victoria le puso en el punto de mira del golf mundial y por ello recibió una invitación para jugar en Estados Unidos el Torneo de Campeonas en Ohio, “y allá que me fui con Pepito. Yo no me lo podía creer, estaban Nancy López, Hollis Stacy, Ayako Okamoto, Lawson Little… Todas las jugadoras que habían ganado Grandes… y yo!!! El primer día jugué con Nancy López y casi me da un yuyu, fue una experiencia espectacular. Éramos 12 y quedé la décima, y tan contenta con ese pedazo de jugadoras”.

Marta, con Karine Icher y Melissa Reid.
Marta, con Karine Icher y Melissa Reid.

La victoria en el British y la participación en ese torneo hicieron que IMG y otros caza talentos le persiguiesen, pero ella continuó con su compromiso “hasta que pase el Mundial”, y nada más terminarlo arrancó su carrera profesional.

Del estetoscopio al putter

Si echamos la vista atrás y pensamos en golf profesional, mujer y España todo se personaliza en Marta Figueras-Dotti, una mujer entregada al golf casi desde la cuna. Y sin embargo esa no era su verdadera vocación. Siempre quiso ser médico. “Me apasionaba la medicina, y me sigue encantando. Me matriculé en la Complutense y estudié tres años. En aquella época acababa de morir Franco y la Complutense era un caos total, manifestaciones, huelgas de profesores, huelgas de alumnos, lo recuerdo espantoso. Yo continuaba con mis torneos, lo compaginaba fácilmente y en ese año de caos me seleccionaron para jugar los Mundiales en Fidji. En una de las escalas del larguísimo viaje que había que hacer para llegar hasta allí conocí a Lou Bastanchuri, coach de la Universidad de Southern California que me animó a irme a estudiar allí. Al volver de Fidji ya tenía una carta de aceptación de la Universidad y como las cosas estaban tan complicadas en España decidí irme a perfeccionar mi golf, mi inglés y conocer mundo. Llegué y no volví”.

«En aquella época acababa de morir Franco y la Complutense era un caos total, manifestaciones, huelgas de profesores, huelgas de alumnos, lo recuerdo espantoso»

Marta fue pionera en la formación universitaria en Norteamérica, algo por lo que ahora parece que tiene que pasar todo buen jugador, y quizá una de las primeras que sufrió las dificultades que algunos jugadores nos cuentan con pinceladas. Ella sin embargo habla sin tapujos como le gusta hacer. “La llegada fue durísima, unos meses que, buffff, los recuerdo complicados, pero soy tan cabezota que dije, por mis narices que yo salgo de esto. Yo no tenía ni idea de inglés, aquí tenemos una imagen de Los Ángeles maravillosa y luego llegas allí y no es tan bonito como lo pintan. Todo enorme, calles inmensas, con muchísima gente o sin ella, paseos eternos por Sunset Boulevard, cambio cultural, de comida, tuve un proceso de adaptación complicado, fue un shock total.

“La llegada a Estados Unidos fue durísima, unos meses que, buffff, los recuerdo complicados, pero soy tan cabezota que dije, por mis narices que yo salgo de esto»

Yo quería continuar con mi carrera de Medicina, pero con la beca no me dejaron. Está claro que quieren que estudies poco y juegues mucho, y decidí hacer Biología pero allí la universidad es diferente, coges asignaturas que parece que son de relleno y sin embargo luego te sirven para mucho en la vida. Estudié humanidades, psicología, ciencias sociales, historia de la cinematografía, cursos de hablar en público, que yo era malísima, de hecho Emma me llamaba “La ley del silencio”. Compaginaba la carrera con torneos, empecé a ganar torneos de la liga universitaria, me vine arriba y quise dejar la universidad, pero una de las coaches que teníamos era nada menos que Donna Caponi (ganadora del US Open, LPGA, Hall of Fame…) y me dijo “Marta, tienes toda la vida por delante; termina y ya te harás profesional”, y se lo debo a ella.

En 1982, muy muy crecida me fui a la escuela de la LPGA en Sarasota y me quedé fuera por un golpe. Me creía Dios y me pegué un buen palo, dije ‘qué mala soy’. Al año siguiente ya saqué la tarjeta”.

“La ley del silencio”

Si Donna Caponi fue determinante en su formación golfística y universitaria, aún más importante en su vida fue Emma Villacieros, a la que recuerda con gran emoción y un nudo en la garganta. “¡Qué mujer! Emma fue uno de mis grandes apoyos siempre. Recuerdo la primera vez que viajé con ella, yo tenía 12 años, una niña, y nos fuimos a un torneo a París; no teníamos presupuesto y nos decía “¡una baguette al día!… con patatas fritas”. Era una crack. Fue mi capitana toda la vida, mi impulsora, mi profesora a su manera. Ha hecho por el golf femenino en España lo que no ha hecho nadie. Discutíamos muchísimo, era todo un carácter pero siempre era una gozada estar cerca suyo y trabajar para ella. Era una líder, se rodeaba de gente muy buena, les retaba y hacía que todos creciesen juntos a su alrededor. Se ponía muy nerviosa conmigo porque yo no era capaz de decir palabra, y me llamaba “la ley del silencio” y su otro mote era “manitas de plata” porque decía que aprochaba muy bien”.

«Recuerdo la primera vez que viajé con Emma Villacieros, yo tenía 12 años, una niña, y nos fuimos a un torneo a París; no teníamos presupuesto y nos decía “¡una baguette al día!… con patatas fritas”

De ayer a hoy

Le espanta lo que está pasando en el golf profesional, sobre todo en el femenino, que es al que se ha dedicado toda su vida y del que tiene argumentos de sobra para hablar. “Todo ha cambiado muchísimo. Ahora son robots. Antes hacíamos vida, teníamos vida. Eran unas amistades maravillosas, viajábamos juntas, ¡nos ayudábamos! Tanto en los momentos de dificultades como en el golf. Íbamos al cine juntas, hacíamos barbacoas, housing… Mis amigas de aquella época eran Anne Marie Palli, Meg Mallon, Liselotte Newmann, Helen Alfredsson, que estaba como una chota, era divertidísima. De vez en cuando nos juntamos y nos llevamos las manos a la cabeza con lo que está pasando ahora.

“Todo ha cambiado muchísimo. Ahora son robots. Antes hacíamos vida, teníamos vida. Eran unas amistades maravillosas, viajábamos juntas, ¡nos ayudábamos!»

Antes jugábamos nueve semanas seguidas y no pasaba nada, porque éramos capaces de desconectar en el campo, jugábamos temporadas de 42 torneos. No tardabas seis horas en jugar. Ahora no desconectan jamás, todo lo que hacen, viven, piensan, comen está relacionado con el golf.

Marta Figueras Dotti, junto a Carlota Ciganda en la Solheim Cup.
Marta Figueras Dotti, junto a Carlota Ciganda en la Solheim Cup.

El juego lento

Tardan muchísimo en jugar, ¿cómo no van a hacerlo? Tienen cinco coaches: el de swing, el mental, el de rutina, el físico y el nutricional, y tienen que pensar en esas cinco cosas antes de cada golpe. Así es imposible jugar con decisión y rapidez. Y sin embargo luego tienen muchas carencias. Fíjate que cuando juegan el torneo, tienen no uno ni dos, ¡si no tres libros de greenes! El de las medidas, el de las flechitas con colores y ahora uno en 3D que hacen con drones, y van con los tres libros! ¡Cómo no van a tardar! Y lo más triste es que en la Solheim una jugadora me confesó que no sabía leer los greenes sin libros. Tristísimo, han perdido la imaginación, la sensibilidad, la frescura, la decisión. No lo ven. Es una pena. Yo no habría aguantado así, ¡es una locura!”

«Lo más triste es que en la Solheim una jugadora me confesó que no sabía leer los greenes sin libros. Han perdido la imaginación, la sensibilidad, la frescura, la decisión»

Retirada

Marta se entristece cuando piensa en la vida personal a la que renuncian muchas de ellas, a la que ella se entregó con la llegada de su hijo Nico. “Al principio era fácil porque el LPGA se vuelca muchísimo con los bebés. Además me llevé a Mamen Luna conmigo y fue una experiencia maravillosa. Pero de repente me di cuenta de que estaba en el torneo deseando terminar para achuchar a mi niño, y dejaba de dar bolas porque lo que me pedía el cuerpo era estar con él. Me di cuenta de que era el momento de dejar de competir”.

El LET

A la vuelta a España Cristina Marsans era Presidente del Comité Femenino de la Real Federación Española de Golf y tiró de ella, donde ha dedicado años a la formación de las profesionales de hoy en día. Y a petición de las profesionales, actualmente forma parte de la dirección del Ladies European Tour en un momento crucial de recuperación de este circuito que ha estado en la cuerda floja. “Cuando me llamaron no lo dudé. Creo mucho en el LET y sé que se pueden hacer cosas muy buenas, como se hicieron en la época que estuvo Alex Armas. Tenemos magníficas jugadoras y unos campos increíbles para que el espectáculo sea impresionante. Hay que hacer una reorganización y cambios estructurales siguiendo el ejemplo del European Tour. De momento, ya tenemos torneos nuevos para el año que viene: Jordania, Francia y estamos a punto de firmar Irlanda. Yo soy muy positiva y tengo esperanza y creo que las cosas pueden ir muy bien, e incluso que podamos tener en pocos años (2023) la Solheim en España, que nos merecemos desde hace tiempo ya”.

«Ya tenemos torneos nuevos para el LET el año que viene: Jordania, Francia y estamos a punto de firmar Irlanda. Yo soy muy positiva y tengo esperanza y creo que las cosas pueden ir muy bien»

Marta confía en que la foto de una española acompañe pronto a la suya en las paredes del British Open, “porque hay potencial, tenemos jugadoras muy buenas, sólo hay que confiar en ellas y pronto llegarán, no uno sino muchos ‘Majors’. El golf femenino español es muy Grande”, y aunque no lo reconoce, en todo esto tiene mucho que ver.

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