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El US Open, con el barro hasta las cejas

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Eun-Hee Ji, durante la vuelta de prácticas del US Open el pasado lunes. © USGA/Darren Carroll
Eun-Hee Ji, durante la vuelta de prácticas del US Open el pasado lunes. © USGA/Darren Carroll

El panorama del US Open que este jueves arrancará, o debería arrancar, en Shoal Creek, Alabama, es cuanto menos inquietante. Las jugadoras pudieron pegar ayer por la tarde algunas bolas en el campo de prácticas resguardadas bajo paraguas y entre interrupciones por trombas de agua y labores de mantenimiento. Desde luego, no parece la manera ideal de preparar un major.

El dilema de la USGA: colocar o no colocar la bola en calle

Estamos a miércoles y hay algunas golfistas que no han podido jugar ni un hoyo completo, ya que el campo se cerró el lunes al mediodía y ya no se ha vuelto a abrir. En principio, el plan era que hoy se pudiera jugar Shoal Creek, aunque la última palabra la tiene la Madre Naturaleza. La idea de la USGA era abrir el campo a las 6.40 de la mañana, hora local (siete horas más en la España peninsular), para dar oportunidad a todas las jugadoras a entrenar el mayor número de hoyos posible. Sin embargo, la primera en la frente.

La USGA ha estado anunciando retrasos por mal tiempo desde por la mañana. El campo no se ha podido abrir hasta las 12.15 hora local, siete horas más en la España peninsular. Las jugadoras han podido empezar a dar bolas y las salidas al campos se producirán a partir de las 20.00. Como se podrán imaginar, va a ser una romería brutal de jugadoras. Las horas de salida están completas. Todas quieren y necesitan entrenar el campo, lo cual, obviamente, no va a facilitar su recuperación. Además, la previsión anuncia más lluvia y alguna tormenta por la tarde. No queda otra que cruzar los dedos.

Lexi Thompson. © USGA/Darren Carroll
Lexi Thompson. © USGA/Darren Carroll

En cualquier caso, lo que más preocupa no es tanto la jornada de hoy miércoles como lo que va a pasar a partir del jueves, cuando empiece la acción. El campo, obviamente, ha recibido mucha agua y se encuentra muy pesado, largo y con algunas zonas en las que hay mucho barro, sobre todo en la parte de la calle desde donde más o menos se pegará el tercer golpe en el hoyo 17, un par 5 al que difícilmente se podrá llegar de dos. Aquí es donde arranca la polémica de la semana…

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Hay muchas voces de jugadoras que consideran que jugar el US Open sin colocar bola en calle va a ser una locura por el barro. Sin embargo, la USGA no está por la labor de cambiar su tradición, por mucho que haya pasado por encima del campo la tormenta subtropical Alberto. El encontronazo entre jugadoras y la institución es evidente.

«Si se juega sin colocar la bola en calle será una pesadilla, sería darle más importancia de la que ya tiene al factor suerte»

Brittany Lincicome aseguró ayer que “jugar sin colocar la bola va a ser una pesadilla. Hay mucho barro y supone darle aún más importancia durante la semana al factor suerte, ya que algunas bolas quedarán con barro y otras no. Una lotería”, señaló. La veterana, Catriona Matthew, cargó contra la terquedad de la USGA: “jugar sin colocar me parece una tontería”.

Inbee Park. © USGA/Jeff Haynes
Inbee Park. © USGA/Jeff Haynes

La USGA no cambia su guión pese a las críticas. Ayer mismo por la tarde dejaron claro los rectores de la asociación americana que “el US Open se ha jugado siempre a 72 hoyos y sin colocar bola y así seguirá siendo. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que así sea y utilizaremos todas las herramientas que hay a nuestra disposición”, señaló. Entre esas herramientas, por ejemplo, ya se han empezado a colocar ventiladores en los greenes para tratar de secarlos todo lo que puedan.

Uno de los ventiladores que la USGA está colocando en el campo del US Open para intentar secar los greenes de Shoal Creek.
Uno de los ventiladores que la USGA está colocando en el campo del US Open para intentar secar los greenes de Shoal Creek.

“El US Open se ha jugado siempre a 72 hoyos y sin colocar bola y el objetivo es hacer lo mismo esta semana»

Además, una de las opciones que se está barajando es marcar como terreno en reparación aquellas zonas que estén más afectadas por el agua caída. Veremos qué acaba sucediendo, pero la papeleta es importante. Hará falta más paciencia que nunca para afrontar un torneo en el que nadie sabe lo que va a pasar, cómo se va a jugar y si podrá acabar el domingo, el lunes o a 72 hoyos. Incertidumbre es la palabra clave a esta hora en el US Open.

Preparando el US Open por Google Earth

De lo que no hay ninguna duda es de que el campo está muy largo. Inbee Park, por ejemplo, está pegando en casi todos los pares 4 la madera 3 o el híbrido, aunque la coreana es de las que se lo toma como más filosofía. “El campo está así para todas, ya sabíamos que la USGA no iba a permitir colocar la bola, así que no queda otra que salir ahí, jugar lo mejor posible y meter la bola en el hoyo antes que nadie”. Sin duda, esta es la mejor manera de afrontar el US Open.

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