Inicio Grandes Circuitos La trastienda del US Open: ¿Hasta dónde llegó el bloqueo de Ariya?

La trastienda del US Open: ¿Hasta dónde llegó el bloqueo de Ariya?

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Ariya Jutanugarn aguarda su turno en el tee del hoyo 16 durante la última ronda del US Open. Copyright USGA/Darren Carroll
Ariya Jutanugarn aguarda su turno en el tee del hoyo 16 durante la última ronda del US Open. Copyright USGA/Darren Carroll

Ariya Jutanugarn trató de sonreír en cada golpe cuando comenzó la debacle. Después del triple bogey forzó una mueca antinatural, forzada, pero risueña al fin y al cabo. Fue su decisión. No era capaz de hacer el swing del mismo modo que en los nueve hoyos anteriores, pero sí podía obligarse a encajarlo de la mejor manera. Era Rocky Balboa frente a Ivan Drago.

El desconcierto y la frustración iban por dentro, pero se obstinó en que no salieran afuera. Y lo consiguió. Incluso, aplaudió a su rival en el desempate tras embocar un putt magistral de birdie que la ponía contra las cuerdas. “Me alegré por ella sinceramente”, reconocía después la poderosa y humilde golfista tailandesa. Un gesto muy poco habitual en el deporte.

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La errática salida en el hoyo 10 realmente produjo un bloqueo brutal en la golfista asiática. Le descuadró. Le sacó del guión. Tanto es así que, allí mismo, tras mandar la bola al agua, le dijo a su caddie: “se acabó, no volvemos a utilizar la madera 3”. Y a partir de ese instante pegó siempre desde el tee el hierro 2.

Ariya Jutanugarn. Copyright USGA/Darren Carroll)

Fue tal la incomodidad que le produjo ese mal tiro, que en el tee del hoyo 11 le reconoció a su caddie. “No sé ni cómo pegarle a la bola, no sé qué hacer ahora mismo”. Estaba bloqueada. El momento no podía ser más delicado, en mitad de la última ronda del US Open, liderando el torneo. La papeleta para el caddie era de órdago a la grande. Tras levantar el trofeo, Ariya desveló la conversación. “Me hizo una pregunta: ¿tú quieres ganar el US Open? Y yo le respondí: sí, claro. A lo que replicó, pues ya sabes lo que hay que hacer: jugar al golf. Esas palabras fueron muy importantes para mí”, señaló la campeona.

A partir de ahí, Ariya siguió sufriendo… y sonriendo. Hizo de tripas corazón y trató de sobrevivir en mitad de la tormenta. En el tee del hoyo 16 (último par 3) hubo un parón importante. Ella se sentó sobre la hierba y apoyó su espalda en la bolsa de palos. Tuvo mucho tiempo para pensar y recordó la idea con la que empezó el US Open. “El único objetivo que me puse fue poder sentirme orgullosa de mí misma cuando acabara el torneo. Sabía que aún tenía opciones de sentirme orgullosa y eso es lo que intenté”. Después, pegó el mejor golpe del día en ese hoyo e hizo birdie.

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Otro momento clave con el caddie fue en el desempate. Se jugaba a dos hoyos por primera vez en la historia y Hyo Joo Kim se había adelantado con un birdie en el 14. Le sacaba un golpe y salían a jugar el 18. La coreana puso la bola en la calle, como siempre, como ha hecho en más de 90 por ciento de los hoyos durante la semana, y Ariya dudó. Sabía que debía ser agresiva y pensó en levantar el castigo a la madera 3. Lo consultó con su caddie. “Si quieres saber mi opinión es que no la juegues. Sigue con el hierro 2”. Jutanugarn ni titubeó. Agarró el hierro y la puso en juego.

Ariya es una jugadora diferente. Pega a la bola como un hombre (maravilloso el hierro 7 a las nubes en el hoyo 16 con una bandera a 200 yardas) y se mueve por feeling. Por eso, cuando llegó al búnker de green en el hoyo 18 y vio su bola, en el cuarto hoyo de desempate, sabía que había ganado el US Open. La bola no estaba perfecta en la arena, sino más bien asentada, pero poco le importó. “Llevo tiempo sacando muy bien de búnker y cuando vi la bola lo tuve claro, sabía que iba a hacer un buen golpe”. Fue magistral y ganó el US Open con par. “Cuando quedaban pocos hoyos para acabar y me di cuenta de que podía perder un torneo que había llegado a ganar por siete golpes, era como para volverse loca…”. Pero Ariya no lo hizo, a cambio eligió seguir sonriendo y jugar en equipo.

El Número 1 del mundo, ahora sí, es un objetivo para Ariya Jutanugarn y explica los motivos

El siguiente objetivo de Jutanugarn es el Número 1 del mundo. Ya lo alcanzó hace varios meses, pero llegó a admitir que no le gustaba la posición, que suponía una presión añadida que le había perjudicado. Ahora ha cambiado su forma de pensar. “He aprendido mucho en este tiempo y quiero ser de nuevo Número 1 y todo el tiempo que pueda. ¿Por qué? Por una razón: para ser una inspiración para los niños tailandeses”, afirmó.

Si Carlota consigue jugar cada semana con la misma intensidad que en este US Open, conseguirá ganar un grande más pronto que tarde

Quien también ha aprendido muchísimo esta semana es Carlota Ciganda. Una vez más, la navarra brilla con luz propia cuando consigue estar en el presente y mantener arriba durante todo el tiempo los niveles de concentración. Su siguiente paso es ganar un torneo y lo cierto es que está muy cerca. Así lo siente ella. “Me gusta el verano, ahora vienen los torneos más importantes y estoy muy contenta con el juego después de un inicio de año en el que me costó un poco. El objetivo es seguir trabajando y ganar. He trabajado muy duro en los últimos tres años con Jorge Parada para coger más greenes y creo que estamos en el buen camino. Estoy muy contenta”, explicó. Lo cierto es que si Carlota consigue jugar cada semana con la misma intensidad que en el US Open, no hay ninguna duda de que la victoria llegará mucho antes de que acabe el verano. Su juego no tiene nada que envidiarle a nadie.