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El hoyo del US Open que Ben Hogan quería dinamitar

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El hoyo 11 del Country Club of Charleston.
El hoyo 11 del Country Club of Charleston.

Corría el año 1739 cuando los ciudadanos de Charleston vieron por primera vez en su vida unos palos de golf. Llegaron a puerto a bordo de un carguero de comerciantes escoceses. Cómo no. Ahí comenzaba la rica historia de Carolina del Sur y el golf. Apenas unos años más tarde, esos mismos comerciantes fundaron el primer club en este área de Estados Unidos. Era el año 1786 y se llamó Charleston Golfing Society. Se reunían en una zona llamada Harleston Green y practicaban un juego al que llamaban golf.

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A principios del siglo XX comenzaron a construirse los primeros campos a lo largo del río Cooper y fue en 1925 cuando se puso en pie el Country Club of Charleston. Se le confió el diseño a Seth Raynor, un ingeniero americano, discípulo del prestigioso Charles B. Macdonald, uno de los grandes impulsores del golf en Nueva York a finales del siglo XIX.

Los diseños de Raynor se hicieron pronto muy famosos porque se inspiraban, y a veces mucho más que eso, en los mejores campos links de Escocia. Así, en el Country Club of Charleston, sede esta semana del US Women’s Open, se encuentra una réplica casi exacta del hoyo 15 de North Berwick, uno de los mejores links de Escocia según los más puristas. Se trata del hoyo 11 de Charleston, un par 3 estilo Redan que se jugará esta semana sobre una distancia de unos 160 metros. Es el ‘signature hole’ del campo, la referencia, el que sale en todas las fotos… Y también uno de los más difíciles.

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Más allá de su diseño y su inspiración escocesa, el hoyo 11 de Charleston se ha hecho famoso por dos anécdotas muy concretas. La primera ocurrió durante un Azalea Invitational, uno de los torneos amateurs más importantes de Estados Unidos que se celebra en este campo desde 1946 y en cuya lista de ganadores hay jugadores como Webb Simpson, Spencer Levin o Jeff Knox, actual profesional de Augusta National. El mítico Sam Snead perdió una de las ediciones tras hacerse un 13 en el hoyo 11, ocho sobre el par.

El green del hoyo 16 en herradura es otra de las curiosidades del Country Club of Charleston.
El green del hoyo 16 en herradura es otra de las curiosidades del Country Club of Charleston.

Snead no fue el único que sufrió los rigores de este diabólico par 3. Ni más ni menos que Ben Hogan señaló en cierta ocasión sobre él que “lo único que le hace falta a ese hoyo 11 son cinco cartuchos de dinamita”. Sí, prefería volarlo a jugarlo. Un reto mayúsculo.

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La gran dificultad de este hoyo 11 es su green, enorme, muy movido y con un falso frente que puede cavar alguna que otra tumba durante este US Open. Así son los diseños de Raynor, campos no muy largos, pero sí muy estratégicos y desafiantes. Para jugarlos, aseguran en Estados Unidos, hay que llevar bien afilado el juego corto y la imaginación. Mejor eso, que dinamita. Ya lo saben las golfistas que compiten esta semana en el US Open.