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Europa se desboca, unida por el pegamento de la pasión

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EUROPA 9,5 vs USA 6,5

Existe una teoría que ya nos sabemos acerca de los entresijos intangibles de la Ryder Cup, pero conviene refrescarla, repasarla y describirla si queremos entender en profundidad el fenómeno que hoy esta competición…

No es cosa nuestra, no es una exageración más, tan propia de los hijos de la piel de toro: son ellos, los británicos, quienes reconocen de un modo abierto y franco que la Ryder es hoy lo que es gracias en su mayor parte a la pasión de los españoles y, sobre todo, a lo que ellos contagiaron (contagian) a sus compañeros y a la entendida y sabia afición británica.

No había más que ir hoy por el campo y cruzarse con unos cuantos galeses, quizá fueran ingleses o escoceses, disfrazados de Miguel Ángel Jiménez. Coletas postizas y puros de pega. O sentir el respeto y la devoción que muestran al malagueño por estas tierras. Cuando llega la Ryder, es su Miguel.

Basta con comprobar como Colin Montgomerie pone como ejemplo a José María Olazábal cada vez que abre la boca. Y a Sergio García. Por no hablar, por supuesto, de Severiano Ballesteros…

Confirman esta teoría los británicos cada día de juego. En el campo. En cada hoyo. Uno va caminando y se da cuenta. Cómo miran a Olazábal, que se ha unido al equipo sobre la marcha, como aclaman a Sergio.

El discurso de Colin Montgomerie ante su equipo, cuando el marcador mostraba un preocupante 6-4 en contra, podía haberlo firmado el propio Severiano. Monty aprendió en esa escuela, y no lo oculta. Más bien lo demuestra cada vez que puede. Las referencias que tienen los americanos son obvias: un país, una bandera, un himno… El equipo europeo, la afición europea, sólo puede unirse con el pegamento de la pasión ante el reto de tumbar cada dos años al más fuerte.

¿A qué cuestiones técnicas o tácticas  puede uno referirse en esos momentos?  Fue el discurso de la pasión, de la determinación. Dijo Monty: “podemos ganar de mil maneras, pero no había pasión en el campo”. En realidad, yo creo que quiso decir: “podemos ganar, O PERDER, de mil maneras, pero que sea de un modo apasionado”.

Europa aún no ha ganado la Ryder. Todavía pueden apretar los americanos mañana en los individuales. Necesita el equipo de Monty cinco puntos para reconquistar el trofeo. Tan cerca, tan lejos… Se pierda o se gane, será seguro de un modo apasionado.

Había que ver a Ross Fisher aullando. Y a McIlroy gritando “Europe, Europe” en el green del hoyo 15, inmediatamente después de que McDowell embocara un putt tenso para empatar el hoyo. A los Molinari les ha costado bien poco meterse en el papel, sobre todo a Edoardo. Sangre caliente. Alma de Ryder. Había que ver, y lo hemos visto, el abrazo que se han dado Sergio García y Padraig Harrington al pie del green del 18, una vez consumado ese potente parcial de 5,5-0,5 que se iniciaba ayer por la tarde al galope y terminaba hoy del mismo modo, tras la enésima suspensión. Lean de nuevo: un abrazo sincero y emocionado entre Sergio y Harrington. El pegamento de la pasión, que todo lo puede.

 

ASÍ SEGUIMOS LA REMONTADA DE EUROPA