Inicio Ryder Cup Ryder Cup 2018 Francesco ordena y Europa manda, pero nadie se olvida de Medinah…

Francesco ordena y Europa manda, pero nadie se olvida de Medinah…

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Justin Thomas desatado durante la Ryder Cup 2018. (Golffile | © Phil Inglis)
Justin Thomas desatado durante la Ryder Cup 2018. (Golffile | © Phil Inglis)

Francesco Molinari y Tommy Fleetwood lo han vuelto a hacer: cuarto partido y cuarta victoria, tres de ellas ante un Tiger Woods que aún no ha sumado ni un punto y que tardará en olvidar esta sesión triple de tortura a la que ha sido sometido por dos de los jugadores más serenos y lúcidos del mundo.

La exhibición de Fleetwood y Molinari en los fourballs del sábado, en vídeo

Molinari y Fleetwood han sumado el cuarenta por ciento exacto del valioso botín con el que llega el equipo europeo a la última jornada. Es su Ryder, pase lo que pase. Y el italiano ha ascendido de golpe y porrazo al grupo de los intocables. Se puede anunciar con dos años de adelanto, sin que medie la osadía: a poco que el italiano se encuentre bien de juego tendrá un lugar seguro en el equipo europeo de la próxima Ryder (Whistling Straits 2020), aunque no se meta por sus propios medios.

Europa contiene el ataque USA y llega con ventaja al domingo (10-6)

Pero no nos vayamos tan lejos. En tierras galas todavía queda toro por pasar. Podemos citar dos precedentes. Jugando en suelo europeo sólo en una ocasión se plantaba el equipo azul con una ventaja de 10-6 antes de los individuales: fue en 2006 y Europa terminaría arrasando (18,5-9,5). El otro recuerdo es aún más reciente y rimbombante, aunque fuera en suelo estadounidense: el milagro de Medinah. ¿A cuál de estos dos escenarios llevará Thomas Bjorn a sus chicos en las horas previas al duelo múltiple decisivo? Es obvio, al de Medinah. Porque los milagros son posibles y hay que salir a tope, sin contar con la ventaja. Y es curioso, porque seguro que Furyk, en la esquina opuesta, recurre al mismo argumento: señores, los milagros son posibles…

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Igual que hace seis años le ocurriera a Europa, los norteamericanos han llegado a estar 10-4 por debajo, con dos partidos de la sesión vespertina del sábado en el campo, para acabar con 10-6 y un hilo de esperanza al que agarrarse. Existe, no obstante, una diferencia sutil pero de cierta importancia: en Medinah aquellos dos últimos puntos que sumaron Donald y Sergio por un lado y Rory y Poulter por otro fueron agónicos, no se sumaron hasta el hoyo 18 y en partidos que venían igualados o por debajo, con lo que el rebote emocional fue muy superior al que se ha dado hoy, pues los americanos han ganado partidos que ya tenían en control.

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Estados Unidos se aferra definitivamente al liderazgo de Justin Thomas, inmenso durante todo el sábado y bien secundado por Jordan Spieth. También Webb Simpson sacaba esta tarde algo más que la cabeza, aunque este jugador no tiene el carisma de su joven compañero. Precisamente, Simpson ha sido la causa principal de que Sergio García no haya podido seguir sumando en la sesión vespertina, embocando putts desde todas las distancias y pegando algunos disparos de francotirador. Más le vale al equipo norteamericano que se vayan sumando sobre la marcha otros efectivos, porque su evidente y lógico cartel de favoritos está ya despedazado y en el cubo de la basura. Quizá todavía puedan recuperarlo y restañarlo, porque mientras hay vida debe haber esperanza.

Por otra parte, hay que darle también su importante cuota de mérito al diseño que Thomas Bjorn y sus ayudantes han hecho de esta Ryder. Después, como es lógico, son los jugadores quienes dan y quitan razones, pero a lo largo y ancho de las últimas cuarenta y ocho horas las mayor parte de las decisiones del staff europeo ha sido impecable.

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