Rafa Cabrera Bello lo tiene muy claro: “cuatro rondas de par aquí son buenas, no creo que se vaya a ganar esta semana con cuatro rondas bajo par”. El canario ha conocido hoy por primera vez al monstruito de Long Island y su diagnóstico no ofrece dudas: “es uno de los tres campos más difíciles que he jugado en mi vida, junto con el Olympic Club y Oakmont, aunque creo que es más complicado que Oakmont. El Olympic y Bethpage se estarían dando puyitas”, asegura con una sonrisa en la boca.
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Bethpage se gana por tanto un sitio de honor en el ‘desván de los horrores’ del jugador canario. Una buena prueba de fuego en el Grande número 24 de su carrera, octavo PGA. “Cuando uno tiene 14 ó 15 años lo ve todo más fácil, pero si me lo llegan a decir con 21, lo hubiera firmado. Es cierto que en España tenemos referentes brutales como Seve, Olazábal, Jiménez o Sergio, que han jugado muchos majors durante mucho tiempo, pero si analizamos cuántos golfistas han llegado a 24, la verdad es que no está mal, aunque ya os digo que espero duplicar o triplicar esta cifra si me da tiempo”, señala.
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Rafa ha jugado hoy nueve hoyos y mañana jugará los otros nueve. Su primer vistazo al campo ha sido suficiente para saber que habrá que pegar mucho hierro largo de segundo golpe. Nada nuevo bajo el sol. “Ahora entiendo lo del cartel del hoyo 1, el que dice que este campo es sólo para golfistas con habilidad especiales… o para muy tontos”, añado yo. Es un reto de una envergadura mayúscula. “Aquí un hándicap 5, si juega desde los tee de atrás, no baja de 90 golpes. Lo tengo muy claro”, asegura el canario. Háganse una idea de lo que espera esta semana a los jugadores del PGA Championship.
