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Berger, campana y se acabó

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Daniel Berger celebra su magnífico putt para empatar en el hoyo 14. © Presidents Cup
Daniel Berger celebra su magnífico putt para empatar en el hoyo 14. © Presidents Cup

La Presidents Cup era una cuestión de tiempo. Todo había quedado visto para sentencia en los tres primeros días, donde Estados Unidos había arrasado sin piedad al equipo Internacional. Eso sí, quedaba el último acto administrativo, la rúbrica, la sentencia final.

Steve Stricker, capitán americano, decidió darle un poco de emoción al domingo, o quien sabe si dejarle el minuto de gloria a los menos experimentados. El asunto es que puso al inicio en la alineación de los individuales a los jugadores, a priori, menos fuertes. Pese a todo, Kevin Chappell arrancó un valioso medio punto a Marc Leishman, Charley Hoffman cedió por 2 y 1 ante Jason Day, único momento de gloria del australiano esta semana, y fue Daniel Berger quien dejó caer la guillotina…

Si Woo Kim, seguramente el principal responsable de que ayer no acabara la Presidents, erró un putt de birdie en el hoyo 15 cuando la ventaja de Berger ya era de tres arriba. Conclusión, el americano había asegurado ya medio punto y la Presidents se quedaba en casa (acabaría ganando por 2 y 1). Daba igual lo que pasara después. El único interés era saber en la historia de la competición cuál sería el jugar que iba a ocupar esta paliza sonada. Entre medias, Hideki Matsuyama ganaba por 3 y 1 a Justin Thomas. Demasiado tarde, Hideki.

Estados Unidos conquista la Presidents Cup, la décima de su historia de las doce que se han disputado. Finalmente no hubo récord. Los Internacionales maquillaron el resultado final en la ronda de individuales, ganando la sesión por 7,5 a 4,5 para un marcador final de 19 – 11. Iguala la tercera peor derrota, ocho puntos de ventaja (20-12 en la primera edición de 1994) y por detrás del 21,5 – 10,5 de 2000 y el 20,5 – 11,5 de 1998).

El dominio es absoluto. Prácticamente se puede hablar de abuso. Y lo que es peor, da la sensación de que el equipo Internacional no tiene nada a lo que agarrarse para pensar que algo puede cambiar en el futuro. Más bien al contrario. Estados Unidos es muy fuerte y muy joven. Cada vez más. Esto, más bien, tiene pinta de dinastía…

Por cierto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acudió al recorrido de Liberty National para ver en directo la última jornada. La nota de color en una ronda final donde todo estaba cantado, lo único que quedaba era saber dónde iba a terminar cada pieza.

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