Sigan el increíble ‘viaje’ de la bola de Pablo en el hoyo 18 de Wentworth (VÍDEO)
Pablo Larrazábal (-3) avanzaba a golpe de birdies (6) en su primera ronda del BMW PGA Championship, sorteando los inevitables escollos del West course de Wentworth (tres bogeys) y se encontraba con un primer chaparrón serio justo en el tee del hoyo 18.
Después, mientras preparaba el segundo tiro, una madera 5 a green en este par 5 de cierre, le caía otra buena tromba. Así que entre unas cosas y otras su bola se abría demasiado yendo a parar a una zona donde había un numeroso grupo de aficionados…
Al llegar hasta allí, el barcelonés no podía dar crédito. Su bola, después de botar en el suelo, se había quedado empotrada entre las piernas de un aficionado, que guardaba la posición sin moverse un centímetro a la espera de instrucciones. Y éstas tardaron en llegar unos cuantos minutos ante la demora del árbitro, prolongando la situación del sacrificado señor, que no se creía lo que le estaba pasando en tan vergonzante postura.
Una vez resuelto el embrollo (el hombre abrió las piernas tras la indicación del árbitro y el jugador dropó sin penalidad), Pablo estuvo a punto de producir un final aún más satisfactorio, pues su delicado approach fue espléndido, pero no pudo embocar el putt de birdie.
Lo que no ocurra en un campo de golf no ocurre en ningún lado, verdaderamente, y parece que Larrazábal atrae en los últimos tiempos las situaciones más sorprendentes y hasta peligrosas (no olvidemos el ataque de las abejas que sufrió en Malasia).
Pero al margen de la anécdota, algo más importante ha ocurrido también en el campo. La notable vuelta de Pablo en un campo cuyos greenes estaban más tiernos que en los días anteriores, debido a la lluvia caída durante la noche. Este campo le entra por el ojo. “Me gustan los campos que van entre árboles. Me gusta este campo porque encuentro muchas y buenas referencias para apuntar”, señala el jugador respecto a su relación con Wentworth.
