¿Dónde se ve Sergio García dentro del nuevo panorama del golf mundial, con el asentamiento de Spieth, Day o Fowler en la cima y la paulatina escalada de otros jóvenes y bravos jugadores hasta lo más alto? «Pues lo veo todo desde el Número 13 del mundo», responde el jugador español (en realidad esta semana ascendió hasta el 12) con sentido del humor. Y matiza, ya más en serio: «estoy en un momento bueno y en una buena posición para darles réplica. Soy relativamente joven y me encuentro muy bien físicamente como para dar guerra durante varias temporadas».
Arranca, así pues, el año 2016 con el espíritu flameante y cargado de buenas sensaciones. «He entrenado muy bien este invierno en casa. Se lo decía el otro día a mi padre y a Dani (Colomar, su entrenador de putt): me he encontrado muy a gusto trabajando». Al de Borriol, además, hay que saber leerlo entre líneas. Su código gestual no engaña. Por eso es interesante ver lo que dice, pero sobre todo cómo lo dice (VÍDEO)…
Sergio jugará esta semana en el Doha Golf Club, pero la semana que viene no lo hará finalmente en Dubai, por lo que su siguiente aparición será en Riviera (Northern Trust). Es sólo un aperitivo de una campaña muy especial por la disputa de los Juegos Olímpicos y, por supuesto, la Ryder, uno de los temas peferidos de Sergio: «siempre es un poco más favorito el equipo que juega en casa. Además, la verdad, el equipo norteamericano tiene muy buena pinta y también por eso pueden ser algo más favoritos. Pero eso no significa que nosotros no vayamos a formar un grupo fuerte. En el equipo europeo podría haber hasta cuatro debutantes y hay mucha calidad. A Fitzpatrick lo veo un jugador muy de Ryder. Jugué con él en Tailandia. Con Sullivan he jugado menos, pero también tiene mucha calidad. Hay más. Pieters, por ejemplo, me gusta mucho. He jugado alguna vez con él y me parece muy bueno», explica.
