¿De verdad es posible que el ‘dios’ Tiger recupere en el Olympic Club de San Francisco el estandarte de ganador de ‘majors’? La historia no le hace un guiño, precisamente, al catorce veces ganador de Grande…
Ni tampoco a todo aquel que llegue como indiscutible favorito a esta cita (los McIlroy, Donald, Mickelson… Y, en general, los grandes del actual golf mundial).
Y ello es porque el legendario recorrido californiano acoge el US Open por quinta vez, y su legado particular nos muestra a un ‘rebelde’ histórico que negó sistemáticamente la gloria a los ‘dioses’. Pasen y vean…
– Fue por primera vez escenario del US Open en 1955. Por entonces, Ben Hogan era algo más que un dios. En la década de los cincuenta había jugado doce majors hasta esa edición del US Open y no había bajado del séptimo puesto… No sólo no había salido del top-ten, sino que había acumulado en este tiempo seis victorias en ‘majors’… Venía además de hacer su particupar Slam-Hogan en 1953, cuando ganó Masters, US Open y British, y de ser segundo en Augusta aquel año de 1955. Venía como un tiro, en definitiva, y además esa semana estaba siendo de nuevo el mejor. Pero se cruzó en su camino Jack Fleck, un jugador de la clase media del golf americano que, en realidad, remataría más adelante su carrera con tres victorias. Nada del otro mundo, vaya, si pensamos en todo un ganador de ‘major’.
Fleck terminó el domingo con dos birdies para forzar un inesperado desempate con Ben Hogan, cuando la NBC americana ya había dado al gran Hogan como ganador y… ¡cortó la emisión antes de que Fleck terminara! Lo hizo porque Fleck había firmado un bogey en el hoyo 14 y se había alejado a dos golpes de Ben. Nadie creyó en sus opciones, pero el bueno de Jack hizo el milagro con dos putts maravillosos de birdie en el tramo final. En el desempate (a 18 hoyos) Fleck remató su sorprendente triunfo cuando Hogan, que llegó al 18 con un golpe de desventaja, se resbaló en el tee de salida al golpear la bola, para mandarla a lo más profundo del rough y sin tiro a green y terminar con un doble bogey muy doloroso. El Olympic había ‘sacrificado’ a uno de los mejores jugadores de la historia para cimentar su leyenda…
– En 1966 el club califoraniano acogía por segunda vez el US Open. Esta vez el Olympic le hizo sufrir a otra leyenda como Arnold Palmer, que se plantó en los nueve últimos hoyos del domingo con una ventaja de siete golpes sobre Billy Casper, su inmediato perseguidor, y no pudo mantener la ventaja, para terminar perdiendo también en un desempate. «Arnold, me encantaría terminar segundo esta semana», dijo Casper a Palmer cuando se dirigían al tee del 10 aquel domingo, viendo que Arnold estaba intratable y que Nicklaus y Tony Lema se habían situado a a sólo dos golpes del propio Casper… «Haré lo que esté en mi mano para ayudarte», le respondió Palmer…
El gran Arnie cometió un terrorífico error: a partir de ese momento dio por hecha la victoria y se puso como objetivo terminar por debajo del récord de 276 golpes que Hogan poseía desde 1948 como resultado ganador más bajo del US Open. Pero el Olympic aguardaba, presto a fraguar la tragedia… Casper sumó 32 golpes por los segundos nueve y Arnold se fue a los 39. En el desempate, al día siguiente, Casper firmó un 69 y Palmer, todavía muy tocado, entregó un 73.
– En 1987 Tom Watson no puedo esquivar la maldición que persigue a los dioses del golf en el Olimpic. El domingo salieron varios jugadores en un margen de tres golpes, todos ellos candidatos a la victoria. Watson era uno de ellos, principal favorito y aquel sobre quien se centró toda la atención de aficionados y medios. Pero Scott Simpson, ganador final, no tenía los mismos planes. Y el Olympic tampoco.
– En 1998, última edición del US Open disputada aquí, aún se vivió otro pequeño drama. Payne Stewart salía el domingo de líder con cuatro golpes de ventaja sobre su inmediato perseguidor, pero Lee Janzen entregaba un 68 el domingo, recuperando cinco golpes de desventaja para arrebatarle el triunfo.
Veremos entonces cómo se llega a este domingo 17 de junio en el Olympic. Quién es el líder, quién en favorito y cuántos golpes de ventaja tiene… Veremos entonces también si la maldición perdura y si otro héroe de leyenda tiene algo que lamentar.
