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Álvaro Quirós arriesga con un cambio de ‘swing’ para asaltar el top-ten mundial

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Las fases y momentos en la carrera de un golfista profesional son múltiples y variadas. Y Álvaro Quirós acaba de llegar a un punto crucial en la suya…

El de Guadiaro siente que su juego, su swing, está tocando techo. Sin embargo, sus actuales prestaciones le han servido para conquistar el top-30 del mundo con regularidad y solvencia, una cota a la que muy pocos pueden llegar y, no lo olvidemos, con la que un profesional tiene resuelta su vida. ¿Conviene entonces arriesgar con un cambio profundo de swing, con todas las complicaciones, esfuerzo y malos momentos que ello trae consigo? La respuesta se la da a Tengolf el propio jugador:

«Esto va con la ambición de cada uno. Una ambición de logros deportivos, porque esto no tiene nada que ver con el dinero. Yo podría conformarme con lo que tengo, porque sé que puedo ganarme la vida muy bien de este modo, pero quiero ser mejor jugador. Ahí está el riesgo: puedo elegir mantenerme como estoy o intentar cambiar mi swing para ser mejor jugador y pensar en llegar, por ejemplo, al Número 10 del mundo. Y yo elijo ahora esta posibilidad».

No es una decisión que se tome de la noche a la mañana. Sus buenos quebraderos de cabeza le ha costado al jugador español. Pero una vez que la decisión está tomada, ya no hay vuelta atrás. Y puntualiza Quirós con sentido del humor: «si no sale bien, y en vez de ascender en el ranking mundial me voy al puesto 500, a lo mejor encuentro un hueco como profesor en algún lado…».

De este modo, el de Guadiaro lleva unas cuantas jornadas  a ‘pico y pala’ en Valderrama, echando horas y horas al nuevo swing junto a  Pepín Rivero, su entrenador, y Miguel Sedeño, profesor en Valderrama y que ha entrado en el grupo de trabajo del jugador gaditano.

¿Y en qué consiste el cambio que está buscando? Fundamentalmente en realizar un swing más redondo, alrededor del cuerpo, de tal manera que el primer gran reflejo del mismo sea una bola que sale ligeramente hacia la derecha para terminar en el objetivo. O lo que es lo mismo: un draw controlado y domado, ese Santo Grial para muchos golfistas, y cuyo principal referente ahora mismo puede ser el swing de Rory McIlroy.

Álvaro quiere ir desterrando ese movimiento tan vertical que le ha caracterizado hasta el día de hoy. Los cambios en los ángulos y de postura son notorios, y por ello ciertamente complicados para el jugador. Su ‘stance’ ahora se aleja ligeramente de la bola, provocando además una posición más erguida de la cabeza y los hombros.

Paralelamente, aunque de un modo todavía puntual, Quirós y sus dos entrenadores esperan que este cambio de swing traiga también consigo, poco a poco, mayor equilibrio en el ritmo de pegada. Como es lógico, a día de hoy la euforia deja paso a la ofuscación, y ésta a aquélla, en cuestión de minutos… De momento, y como suele ser habitual, los progresos en el campo de prácticas son mayores que en el campo de golf, pero por encima de todo está el hecho de que el jugador siente que ha escogido la senda correcta.

Quirós se ha encontrado con otro duro obstáculo en este largo proceso de trabajo y transformación: los dolores que aún siente de cuando en cuando en su muñeca derecha. Ha estado trabajando en Valderrama con una pequeña venda protectora en la zona, y se ha trasladado a Barcelona para pasar una revisión, ya que las molestias no terminan de remitir.