Creo que es un buen día para contaros una bonita historia que sucedió hace seis años. Se jugaba el Alfred Dunhill Links Championship, octubre de 2013. En aquel momento yo llevaba la bolsa de Eduardo de la Riva.
Me acuerdo muy bien de esos días porque el golf nos regaló un momento que hoy, por suerte, lo podemos contar y nos podemos reír de aquello.
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Ya sabéis que el Alfred Dunhill Links Championship es un torneo Pro-Am. Cada profesional juega con un amateur y se hacen dos clasificaciones, una sólo de profesionales y otra de equipo con el resultado conjunto de ambos. Nos pasó una cosa extraña.
El jueves jugamos con un señor que no sé por qué motivo no se presentó el viernes. Como había que jugar con un aficionado, el torneo nos trajo a un jovencito amateur escocés, un chaval que tendría 17 años aunque no aparentaba más de 15 y que jugaban muy bien. No teníamos ni idea de quién era ni del hándicap que tenía.
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Pues bien, nos dio un recital. El primer día en el Old Course se hizo tres o cuatro bajo par con bastante viento. Sí, jugaba de amarillas, pero tres o cuatro bajo par. Cuidado con el muchachote. Jamás olvidaré un drive que pegó en el hoyo 1 de Kingbarns… Le soltó un sopapo a la bola que la dejó a 20 metros de green. En ese momento, Dudi y yo nos miramos y dijimos, oye, este tío la maneja, ¿eh? Nos comentó que era hándicap +3 ó +4 y nos dio una exhibición. Creo recordar que quedaron segundos o terceros en la clasificación por equipos. Lo que está claro es que pelearon por ganar. Estuvieron muy cerca.
Entre Eduardo y él se llevaron muy bien. Dudi jugó fenomenal esa semana y, sobre todo, tuvo un torneo espectacular de juego corto. Impresionante. De hecho, el chico empezó a llamarlo Houddini después de cada golpe. Muy divertido. Dudi se reía mucho.
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Fue una semana fantástica. Una de las cosas más curiosas fue que el día de St Andrews, después de jugar, estuvimos comiendo con él y con su padre y les dijimos que aquel muchacho iba camino de ser una gran estrella de golf en el futuro. Hubo muy buen rollo.
Tanto es así que mantuvimos el contacto durante bastante tiempo. Nos escribíamos por Twitter. Me fue siguiendo con Pavan, con Eduardo y al principio con Manassero. Me escribía, me animaba, estaba pendiente de los resultados… Perdimos el contacto un tiempo después porque yo cerré la cuenta de Twitter.
Aquel chico que jugó con nosotros tres días en aquel Dunhill tenía los mofletes rojos, medía 1,60, y ahora es un animal de ancho y de alto. Era muy tímido, no hablaba nada, pero le metía unos viajes al drive que la metía casi en green. Tenía un swing muy puro, auténtico ‘old school’.
¿Sabéis cómo se llamaba? Su nombre era Robert y el apellido MacIntyre. Desde el domingo es Rookie del Año del European Tour.
