Inicio Blogs Carlota Ciganda Cómo viví el mano a mano con Inbee Park

Cómo viví el mano a mano con Inbee Park

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Hogar, dulce hogar. Ya estoy en Navarra después de un largo viaje desde Dallas donde, como ya sabéis, acabé segunda detrás de Inbee Park.

Antes de nada, capítulo de agradecimientos. Muchas gracias a todos los que estuvisteis pegados a la tele o al ordenador el domingo. Me han contado que hubo bastante seguimiento y me encanta. Gracias, de verdad. Con vuestro apoyo es más fácil. Y ahora os cuento cómo viví la última jornada y las horas posteriores.

Tengo en la cabeza una mezlca de sensaciones. Tantas horas de avión dan para pensar mucho, aunque cada vez que repaso todo lo que ocurrió el domingo la lectura es muy positiva. Cierto, fue una pena, pero si me dicen antes del torneo que voy a terminar segunda lo firmo. Es más, habría firmado el top ten. Eso no quita para que sienta un poco de rabia por cómo acabó todo. Cuando estás ahí arriba sólo piensas en ganar. Las oportunidades hay que aprovecharlas, pero bueno…

La clave de la vuelta fueron los hoyos 14 y 15, ya lo sabéis. Los dos únicos hoyos malos del día. Os cuento cómo fueron, lo que pensé y las decisiones que fui tomando. La calle del 14 está diseñada de tal modo, con muchísima caída, que prácticamente resulta imposible evitar que la bola acabe en el rough de la derecha. Para dejarla en la calle prácticamente hay que apuntar al fuera de límites de la izquierda y, claro, eso el último día a ver quién lo hace…

Pegué una buena madera, pero efectivamente acabó en la derecha, con un árbol delante. Estudié las diferentes opciones. Podía pegar por arriba o por debajo del árbol. El viernes se me quedó en una situación casi idéntica, opté por pasar el árbol por arriba y me salió bien, así que decidí repetir. Lástima que diera en una rama y se quedara corta. Lo que más rabia me dio en ese hoyo fue que el putt de par, que tendría poco más de dos metros, no llegó al hoyo. Fue muy malo. «¡No puedes quedarte corta ahí!», me dije. No es excusa, pero yo misma, con mi cuerpo, estaba dando sombra a la bola y a la línea y me despisté un poco… Me tenía que haber quitado de la bola y empezar de nuevo la rutina. Son cosas que vas aprendiendo. Siempre aprendes en un torneo de golf.

No obstante, el 14 sólo fue bogey y no pasa nada. El problema estuvo en el 15. Sé que muchos habéis comentado que la bola reposó sobre una chuleta en la calle. Es cierto. No tuve mucha suerte porque el golpe desde el tee fue muy bueno, pero no quiero que suene a excusa. Para nada. Tenía unos 160 metros a la bandera y el suelo estaba duro, así que no tenía ningún miedo de pegar un sapo. Javi Urquizu (mi caddie) y yo dudamos entre el hierro 7 y el 8. El viento soplaba de izquierda a derecha. Finalmente pegué el 7 y en cuanto vi salir la bola me dije «uy, eso acaba en el agua». Salió algo loca y botó muy fuerte en el green. Una lástima. Después, el putt de bogey no fue malo, pero no entró. Ahí se escapó el torneo porque Inbee Park no estaba por la labor de fallar. Su juego parece que no dice mucho a simple vista, pero es muy segura. Coge todas las calles y los greenes y sus putts siempre tienen opciones de entrar. Tire desde donde tire. Está jugando muy bien y con una confianza tremenda. Por algo es la Número Uno del mundo. Eso sí, durante el partido no habla mucho, vamos, más bien nada. Casi ni responde. Así que yo me centré en lo mío.

Queda un poco de mal sabor de boca, pero en líneas generales estoy muy contenta. Ha sido una gran semana en la que he aprendido muchas cosas. Y sé que tengo aún muchas cosas más que aprender y que mejorar.

Sé que Belén Mozo y Azahara Muñoz estuvieron siguiendo los nueve últimos hoyos. Es increíble que te apoyen tus amigas en una última jornada. Me hizo mucha ilusión que estuvieran allí. Gracias, chicas. Había mucho público en el partido y eso también me encantó.

Terminó la primera gira americana de la temporada, ocho semanas. El balance es muy bueno. Objetivo cumplido. Tengo casi segura la tarjeta y también muchas papeletas de entrar en los torneos de Asia de final de temporada, que son con un field reducido y sin corte. Igualmente, me he clasificado para el Tittleholders de final de año. Todo muy bien.

Es la primera vez que me siento jugadora del circuito americano y me ha gustado mucho. Es muy profesional y tratan genial a las jugadoras. Y ahora a jugar en Europa, un circuito que, ojo, también me encanta. Es muy diferente a Estados Unidos, pero me lo paso muy bien, es más familiar.

Por cierto, una anécdota: en el aeropuerto de Dallas, cuando facturé la maleta, el chico del mostrador me reconoció. «Muy bien jugado ayer, seguro que ganas pronto un torneo. Espero que el año que viene vuelvas a Dallas para jugar», me dijo. Me hizo mucha ilusión y me dio un poquito de corte. Son cosas que pasan en Estados Unidos, donde el golf se vive muchísimo.

Ahora toca descansar esta semana en casa y la próxima, a Turquía. La siguiente vuelvo a Navarra y luego van seguidos Holanda y Alemania.