Inicio Blogs Carlota Ciganda Los Magos de Oriente, unos bailes y el ping-pong

Los Magos de Oriente, unos bailes y el ping-pong

Compartir


Me apasiona jugar en equipo así que seguro que os podréis hacer una idea de las ganas que tenía de jugar la Solheim Cup.

Algunas veces había imaginado en mi cabeza cómo sería esta semana, cuáles serían las sensaciones, cómo sería el ambiente, la convivencia con el equipo, hasta los uniformes… Os prometo que todas las expectativas se han visto superadas con creces. Esto es alucinante.

Llegamos el domingo a Denver, directas al hotel. Entré en mi habitación y no me lo podía creer. Aquello parecía el mejor día de Reyes Magos de un niño. Impresionante. No se veía la cama. Estaba cubierta de regalos. Y no queda ahí la cosa, además, cada día tenemos una sorpresa en la habitación. El primer día fue un láser, el segundo una pulsera… Una pasada.

Me encanta el ambiente que se genera al jugar en equipo, lo disfruto muchísimo. Es genial ir en el autobús todas juntas, charlando, cantando, haciendo bromas… Tenemos también dos habitaciones muy especiales, una en el campo y otra en el hotel. Allí hacemos toda la vida mientras no estamos en el campo. Son nuestros cuarteles generales. Allí comemos, nos reunimos, planteamos la estrategia, escuchamos a las capitanas, ponemos música y hasta bailamos. De todo. Es muy divertido.

En la habitación del hotel aún hay más sorpresas. Tenemos una pista de ping-pong y jugamos al baloncesto. Sirve para desconectar. Por cierto, tengo una cuenta pendiente al ping-pong con Caroline Masson, que me ganó el otro día. Bueno, yo tampoco soy muy buena, la verdad.

Por cierto, Javi, mi caddie, ya está totalmente recuperado después de no haber podido estar en el British Open. Ya sabéis, la Solheim cura cualquier dolor que uno tenga. ¡Que empiece ya!