Cuesta recuperarse bien del jet lag. Esto va a mil por hora. Victoria en Alemania y ya estamos en Rochester para jugar el segundo grande de la temporada que arranca hoy.
Se trata del Wegmans LPGA Championship. Se nota que es un major. En todo. Especialmente, la preparación del campo.
Es la primera vez que juego el Locust Hill Country Club. El martes hicimos una vuelta de prácticas y ayer jugamos el Pro-Am. No se verán resultados bajos. Es un diseño antiguo con árboles, muy estrecho y tiene un rough muy penalizador. Está muy clara la estrategia esta semana: hay que ir muy recta. Coger calle. Los greenes son pequeños y están muy rápidos, nada que ver, por ejemplo, con los que jugamos la semana pasada en Alemania. El Locust me recuerda en parte a mi campo de Ulzama, muy verde y estrecho, aunque este es bastante más. No es una mala vibración.
Está claro que siempre es mejor jugar un grande cuando vienes de ganar, aunque es una semana distinta y lo que ocurrió el domingo ya está pasado. Estoy muy contenta por el triunfo en el UniCredit Ladies German Open. Mi tercera victoria. Sin embargo, fue una pena que no se pudiera jugar el torneo completo. Es una de las mejores semanas del año en el Ladies European Tour. Lo montan muy bien, se vuelcan con las jugadoras, con el público, va mucha gente, es un torneo sensacional, pero el tiempo jugó una mala pasada. Se disputaron 27 hoyos y realmente no hubo más opciones. Cayó muchísima agua. Se tomaron decisiones difíciles, como hacer el corte después de 18 hoyos, y algunas jugadoras protestaron. No fue fácil.
El domingo no sabíamos lo que iba a pasar. Nos dijeron que estuviéramos en el campo a las once de la mañana y media hora después nos comentaron que los hoyos eran ríos de agua y que no se podía jugar. Sólo se disputaría el desempate entre Charley Hull y yo para determinar la ganadora. Fue en el hoyo 15.
Yo me fui al campo de prácticas y Javi se marchó a medir la distancia a la bandera. Teníamos 149 metros. Si el sábado la bandera estaba más corta y pegué un hierro 8, estaba claro que esta vez era un hierro 7 cómodo. Así que nada, cogí el 7 y a practicar el tiro. Pegué un cubo entero de bolas con el mismo palo. Serían 60 ó 70 bolas. Y funcionó. El tiro en el playoff fue muy bueno, por encima de la bandera, a unos dos metros.
Hull también pegó un tirazo. La dejó a cinco metros y su putt fue muy bueno. Se frenó en el último momento y se quedó colgando. Pensé que entraba. Después yo metí el putt y sentí una alegría inmensa. Estaba mi padre y algunos amigos que ya estuvieron el año pasado en Alemania y que querían repetir. Lo celebramos allí mismo y en Múnich.
Pero bueno, como os digo, ya hay que cambiar el chip. Hoy me levanto muy temprano porque juego a las ocho. Mejor, lo prefiero para combatir el cambio horario. Me ha tocado con Stacy Lewis y Lexi Thompson. Es la primera vez que juego con Lewis y tengo muchas ganas. A Lexi la conozco de Dubai el año pasado. Es una gran jugadora, le pega muy largo. La semana pasada pegué muy bien a la bola, así que a ver cómo sale ésta. El campo requiere mucha paciencia, así que hay que pelear y sacar toda la garra.
