Semana de campazos y planes un poco diferentes. No hay torneo en el LPGA Tour, así que hay que aprovechar para hacer otras cosas. Por ejemplo, esta es una gran semana para echarle un primer vistazo al campo del US Open… Y allí que nos fuimos.
El lunes y el martes jugué en Pinehurst. No lo conocía y me pareció un señor campazo. Ya sabemos lo que nos vamos a encontrar dentro de poco más de un mes, un recorrido complicado, con greenes muy movidos que van a estar muy duros. Yo ya los noté firmes, así que no me quiero ni imaginar cómo van a estar la semana del torneo, sobre todo porque jugamos justo después del US Open masculino. Nada, habrá que agarrarse los machos y estar preparada.
Le estoy pegando mejor a la bola y, en ese sentido, estoy contenta, aunque claro, los resultados no están siendo los soñados ni mucho menos. Aún así, hay que tener paciencia, y seguro que poco a poco empiezan a salir las cosas un poco mejor. Me está costando, pero nunca hay que perder la fe ni bajar los brazos.
Además, la semana pasada, durante el North Texas, recibí una visita muy especial. Estuvieron conmigo mi madre y Rogelio, mi entrenador. Tenía muchas ganas de verlos y me hacían falta. Además, mi madre trajo jamoncito, así que espectacular. Qué mejor manera de recargar baterías. Con Rogelio estuve trabajando, revisando algunas cosas, y ya os digo que le estoy pegando mejor, así que a ver si se puede reflejar la próxima semana en el Kingsmill.
Antes de que llegue el torneo, habrá tiempo para animar a Sergio García y Gonzalo Fernández-Castaño en Sawgrass. He aprovechado esta semana libre para venirme a Florida a ver el THE PLAYERS Championship. Es un gran torneo, así que toca disfrutar a lo grande. Ojalá Sergio y Gonzalo lo hagan bien y estén arriba. Tienen juego de sobra y aquí los vamos a estar apoyando.
