Faltan 1.122 días
La descalificación o el comentario hiriente pueden someter y dañar, pero no vencer, y mucho menos convencer.
Sergio ha cometido un feo error y no hay vuelta de hoja al respecto. Así, ni vence ni convence.
Me da la sensación de que ni siquiera hace falta aclarar que no hay sombra de racismo en su hacer diario ni en su vivir y convivir: ha contado un chiste de pésimo gusto en el momento y el lugar menos apropiados. Después ha pedido un perdón sincero y rotundo, que no deja lugar a interpretaciones. Un acto de contrición perfecto, que dirían nuestros mayores.
No hay marcha atrás. El guión de la vida se escribe con una descabalada hispano-olivetti: no se puede cortar y pegar. Abochonarse y pedir perdón, eso es todo lo que podía hacer hoy y eso es todo lo que ha hecho. Más adelante, aún deberá cumplir su promesa y pedir disculpas a Tiger, cara a cara.
A lo hecho, pecho, que dirían nuestros mayores.
