Faltan 502 días. El Blog de David Durán
No nos cansamos de repetir un par de normas no escritas del deporte. Una: se aprende más de las derrotas que de los triunfos. Y dos: normalmente es necesario ponerse varias veces mirando a la victoria en los momentos decisivos para aprender a ganar, sobre todo en las grandes citas, ante los mejores rivales.
Sería este el caso de Rafa Cabrera Bello y Carlota Ciganda, que se acaban de quedar con la miel de un triunfo de campanillas en los labios.
Y es cierto. Suena lógico. La experiencia y el hecho de haber sentido ya esa clase de presión puede ayudarte en el futuro. Sin embargo, cuando tratamos estas cuestiones nos olvidamos de lo más importante: lo que de verdad importa en golf es darle una oportunidad a la estadística. O lo que es lo mismo, estar ahí, en el meollo, cuando se está repartiendo el bacalao. Y que sean Stenson o Lydia Ko quienes tiren la bola al agua. Esta ingenua obviedad no lo es tanto en golf, un deporte en el que un tiro realmente bueno puede convertirse en un pequeño desastre.
Darle una oportunidad a la estadística, en definitiva, significa mantener esa línea constante de trabajo que te permite discutirle el liderato durante tres rondas y media a los mejores del mundo. Sin toda esa ‘previa’ no hay dramas ni gloria que valgan. Y en este sentido, Rafa y Carlota, cada vez más, van bien servidos.
