Inicio Blogs David Durán Si se puede elegir, que sea aquí, en Nueva York

Si se puede elegir, que sea aquí, en Nueva York

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– Si tirásemos una línea recta de 36 kilómetros desde Bethpage State Park, hacia el noroeste y atravesando por las bravas el Long Island Sound, estuario del Atlántico que separa Long Island del continente, nos toparíamos con el Siwanoy Country Club (Eastchester, Nueva York), escenario de la primera edición del PGA Championship (1916).

– Casi sobre esa misma línea en dirección noroeste, pero tan sólo a 16 kilómetros del mega complejo de golf que es Bethpage y por tanto en Long Island, se encuentra el Engineers Country Club (Roslyn Harbor, Nueva York), sede de la segunda edición del PGA Championship (1919).

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– Si la línea la tiramos sobre un mapa, en dirección oeste-sudoeste, en apenas 28 kilómetros nos daríamos de bruces con el Inwood Country Club (Inwood, Nueva York), también en Long Island y pegadito (no se puede estar más pegado, de hecho) al aeropuerto JFK, que fue el escenario de la cuarta edición del PGA Championship (1921).

– O bien podemos retomar aquella primera línea, dirección noroeste, y en 32 kilómetros estaríamos en el Pelham Country Club (Pelham Manor, Nueva York), que fue la sede de la sexta edición del PGA Championship (1923).

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– Por si no tuviéramos suficiente, a tan solo 8 kilómetros al oeste de Bethpage se encuentra el Salisbury Golf Club (East Meadow, Nueva York), donde se disputó la novena edición del PGA Championship (1926).

– Por último: avanzando desde Bethpage por una línea recta, en dirección oeste-noroeste, en sólo 20 kilómetros nos situaríamos sobre el Fresh Meadow Country Club (Queens, Nueva York), escenario de la decimotercera edición del PGA Championship (1930).

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Ningún estado ha acogido tantas veces el PGA Championship como Nueva York (trece, si contamos con la de este año en Bethpage Black). Aunque en realidad los lazos que unen a este torneo con Nueva York, más que lazos son raíces. Porque fue en Nueva York, en un radio que ni siquiera llega a los cuarenta kilómetros de longitud, donde se ventilaron los felices albores del PGA, seis de sus primeras trece ediciones, incluyendo las dos primeras y tres de las cuatro primeras. Así que hoy, Bethpage Black, viene a hacer justicia histórica, pues desde 1930 a nuestros días, Nueva York ya sólo aparecía de forma puntual, casi testimonial. Y también viene a cerrar un círculo mágico, precisamente este que podríamos dibujar sobre un mapa y con un radio de menos de cuarenta kilómetros, cuajado de sedes de Grandes y de fotos sepia: Jim Barnes, Walter Hagen, Gene Sarazen…

Antes o después, pueden ustedes jurarlo, un jugador español ganará el PGA Championship. Mucho mejor (y redondo) si ocurre esta semana, aquí, en Nueva York y en Long Island, en el centro de este círculo mágico donde todo comenzó. Pero si hay que esperar a la 202ª edición, se espera. Qué remedio.

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