Hace justo un año (y tres días) que nació Eneko, segundo vástago varón de Jon Rahm y Kelley Cahill. Hace justo un año, asimismo, algo cambió a mejor en la dinámica de juego de Jon. Lo hizo, además, casi bruscamente. Hasta ese punto, una vez concluido el British en St. Andrews, venía jugando aquel año 2022 de una manera más irregular y algo incómodo. Así lo mostraban en general sus resultados y estadísticas, sobre todo en las grandes citas, aunque hubiera sido capaz de ganar en México a primeros de mayo.
Después de aquel British en St. Andrews vino Eneko al mundo un 5 de agosto de 2022 y sólo seis días más tarde Jon volvía a competir en el primer play off de la Fedex, donde su juego ya experimentaba un sensible impulso.
Desde entonces, desde que Eneko nació, Jon ha jugado 24 torneos y sus números en este tiempo, impresionantes, han forjado lo que en Tengolf hemos llamado de una manera festiva el ‘Efecto Eneko’.
– En estos 24 torneos, Jon ha ganado en seis ocasiones, lo que supone un porcentaje marciano del 25 por ciento de victorias. Un triunfo en cada cuatro torneos disputados. (El porcentaje de victorias en su carrera es del 11,83).
– En este año de ‘Efecto Eneko’, además, Jon ha sumado hasta diez top 3, lo que nos lleva a un increíble porcentaje del 41,66 por ciento. O lo que es lo mismo, para entendernos mejor, en casi uno de cada dos torneos Jon terminaba entre los tres mejores… (El porcentaje de top 3 en su carrera es del 25,44).
– Asimismo, ha sumado hasta 16 top ten, lo que nos lleva a un porcentaje de locura del 66,66 por ciento, o lo que es lo mismo, en dos de cada tres torneos el morrosko termina dentro de los diez primeros… (El porcentaje de top ten en su carrera es del 53,25).
– Por último, digamos que Jon ha completado en este año 86 rondas de competición y su media ha sido de 68,34 golpes por vuelta, otro registro absolutamente extraterrestre que supera a cualquier media de golpes que este jugador haya registrado en una temporada en el PGA Tour.
No se trata, por supuesto, de establecer una relación directa de causa-efecto entre el nacimiento de Eneko y esta retahíla mayestática de datos y resultados, no somos tan ingenuos. Simplemente nos deleitamos en la formidable casualidad. Y cuanto más se estire en el tiempo, más nos deleitaremos…
