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Carlota Ciganda, España y Torrelodones

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Todo sigue igual.

– La clase política española no es capaz de llegar a pacto alguno. La oposición es incapaz de apreciar absolutamente nada de lo que hagan o propongan quienes gobiernan. Y quienes gobiernan se muestran absolutamente incapaces de apreciar absolutamente nada de lo que haga o proponga la oposición. El país zozobra en el mar de la demagogia y del ‘y tú más’.

– Todo sigue igual y a nadie parece importarle de verdad el grave problema de fondo. Nuestros políticos, en una inmensa y pavorosa generalidad, son incapaces y grises, cuando no dañinos y corruptos (por acción u omisión), debido entre otras cosas a una evidente falta de formación y a una progresiva liquidación o tergiversación de cualquier principio moral y ético, pónganle el apellido que ustedes quieran. Este vestido zarrapastroso (y hortera) se teje en las entrañas de los partidos políticos, en sus sedes físicas, donde no pesan tanto como debieran las capacidades, sino la habilidad para lamer el culo que corresponda con esmero, fruición persistencia.

– Ellos, los partidos, debieran ser los primeros garantes de dicha formación y de dichos principios, porque a través de ellos se accede finalmente a los puestos de gobierno. Y el Estado debiera asimismo garantizar y controlar (¿alguien habló de oposiciones, estimado Arturo?que así ocurra hasta donde sea razonablemente posible. El círculo vicioso está servido, porque a ellos, a los partidos, cuando conquistan el poder y de algún modo SON ESTADO, cuando hacen y deshacen, no les interesa regular nada en este sentido.

Una brizna de hierba verde, salvaje y limpia: la que brotó en el famoso ayuntamiento de Torrelodonesdonde unos cuantos vecinos se pusieron de acuerdo para GESTIONAR los fondos públicos con SENTIDO COMÚN y sentido del bien común. Es probable que exista algún brote más que desconozco. En todo caso: lo que sobran son mítines y banderitas con siglas y faltan gestores honestos con un orden de prioridades razonable y cristalino. Nada más y, según se ve, nada menos.

Todo sigue igual. Carlota Ciganda se nos pone otra vez un domingo mirando a los ojos al triunfo y Rafael Nadal pasa rondas en Roland Garros con más o menos dificultad. ¿No hablábamos de brotes verdes? Lástima que ellos no sean en España el reflejo real y profundo de casi nada.