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Celebrado segundo puesto de Carlota en cerrada lucha con la Número 1 del mundo, Inbee Park. Y también, celebrada la retransmisión de Canal+ Golf de la última jornada.
Gracias a las imágenes pudimos ver qué ocurrió en aquel fatídico hoyo 15, donde la española mandaba su bola al agua de segundo tiro. Se fue con un doble bogey matador. Sin embargo, me quedo con lo que nos enseñó en semejantes circunstancias.
El cóctel era explosivo: la bola en una chuleta después de una gran salida, un disparo correctamente empalado y la bola suelta que se va por detrás del green al agua, las dudas sobre el dropaje y la consulta con el árbitro… Todo ello unido al bogey calentito que traía en la mochila del hoyo anterior y al metrónomo encarnado en coreana que llevaba al lado.
Ante semejante escenario causaba asombro verla tragar saliva con temple. El tiempo que se tomó, la forma con la que midió un tirito delicado desde la zona de dropaje, muy bien planeado, por cierto, aunque el resultado no fuera perfecto.
Su modo de encajar y digerir no sólo le permitió darse una postrera opción de salvar un gran bogey, aunque no lo consiguiera, sino que además le ayudó decisivamente a no perder el norte en la recta final. La prueba del algodón: restaban tres hoyos y no dejó de darse nuevas opciones de birdie, más o menos cercanas. Mucha tela. Pero mucha.
