La zona mixta de prensa del Doha Golf Club, amplia y cómoda, está situada y bien delimitada junto a la caseta de entrega de tarjetas y comunicada con el green del 18 a través de un pequeño túnel o vomitorio, como ustedes prefieran.
Por allá, en una esquina, andábamos hoy unos cuantos esperando a que terminara de patear en el último hoyo el partido de Els, Stenson y García.
Ernie se acerca con Sergio. Vienen riendo. Después, el imponente sudafricano se separa ligeramente del español como buscando a alguien o algo. Lleva una bola en la mano y con esa media sonrisa suya, estilo John Wayne, me la ofrece. Por supuesto, la cojo.
Sospecho que Els me ha confundido con un guarda jurado, voluntario o similar. O en todo caso, con un lugareño, que uno ya va cogiendo colorcito en el Desierto.
Lo que nunca sabrá este cuatro veces ganador de ‘majors’ es que soy un tipo muy impresionable y que difícilmente le habría hecho más ilusión el presente a un guarda jurado, a un voluntario, lugareño o niño, de la que me ha hecho a mí. Ya ven, un servidor, que lleva a cuestas una pila de años y no termina de madurar…
