Un par 65 para comenzar la temporada del circuito europeo, que es en lo que ha quedado transformado el Royal Durban sudafricano después de las tormentas y los aguaceros…
Y bastante que se lo han trabajado para arrancar de una vez, porque el campo, por lo visto, casi ha llegado a ser zona de marisma. Demasiado chof-chof impracticable, y de ahí la excepcional y radical medida adoptada.
El European Tour propone y la madre naturaleza dispone, así que el año golfístico europeo ha comenzado con 48 horas de retraso y en un seudo recorrido. No es la situación ideal, porque además tampoco parece ya que pueda cerrarse el torneo a 72 hoyos.
Pero no puede negarse que resulta peculiar. Será interesante comprobar qué avezado pescador saca provecho de este río revuelto.
(No quiero ni imaginar el ajetreo de caddies y jugadores para tomar medidas y recoger sensaciones en los hoyos 7, 13, 14 y 16, que son los que han tenido que reducir su metraje para transformarse en improvisados pares 3).