Jorge Campillo no es muy de hacer ruido. Tampoco se trata de alguien extremadamente tranquilo. Es solo que todo lo maneja de puertas hacia adentro. Lo bueno y lo malo…
Pero como, en efecto, a veces pasa desapercibido, podría ocurrir que se nos pasara por alto su año 2012. Y ha sido notable. Porque se trataba de su primera temporada como miembro del circuito europeo y el extremeño tenía casi atada la tarjeta de 2013 en el mes de mayo.
Hay que valorarlo.
Yo, desde mi humilde atalaya al ras, creo que este jugador es un ‘gran tapado’ de la Armada. Un jugador fiable que el día menos pensado se une al club de los ganadores. Detrás de esa apariencia bonachona y tímida, además, se esconde un deportista ambicioso. Como suele decirse en estos casos: al tiempo.
