A las 5,15 soplaba ya el viento que era un gusto y, además, el agua latigueaba sin piedad y a capricho las ventanas. Después, caminando hacia el campo, ya no caía agua y trataba de ponerme en situación. ¿Habrá alguna posibilidad de que suspendan la jornada? O dicho de otro modo: ¿Se moverá con semejante vendaval alguna bola en algún green?
Llego al Royal Licerpool y entro por donde todos los días, una puerta lateral que da a un pequeño parking y que te lleva a la calle del hoyo 2. Como cada día, tengo que atravesar el hoyo 2, el 1 y el 18, por este orden, para llegar a la carpa de Prensa. Y en la calle del 1 veo tres bolas, las tres perfectamente alineadas en hierba segada al ras. Una de ellas, para ser más exactos, apenas pisa el primer corte de rough). Es el partido que abre el juego de la jornada por el tee del 1 (Angela Stanford, Karen Stupples y la amateur Holly Clyburn), y ya me parece casi una preciosa coincidencia, una bendita casualidad, que con tanto viento las tres hayan ido a calle. Eso sí, es un par 4 de 358 metros y ya veo como blanden la madera 3 para disparar el segundo tiro a green…
(Stanford saca el par de este primera batalla, Stupples se lleva un doble bogey en la mochila y Clyburn un bogey. A Felicity Johnson, que salía veinte minutos más tarde, le ha caído en este hoyo 1 un quíntuple bogey).
Que día más largo os espera, mis queridas heroínas.
