El asunto del caddie de Sergio en el triunfante Wyndham tiene mucha miga. Y muy interesante, a juzgar por lo que ha confesado el jugador. Como ya sabréis, la bolsa del español la ha llevado esta semana un caddie local (David Faircloth es su nombre), que se ha limitado a cumplir correctamente con la parte ‘material’, digámoslo así, del habitual quehacer de un caddie, pero sin intervenir en la toma de decisiones ni en el aspecto emocional o psicológico…
«El trabajo de los caddies es fantástico, pero a veces yo sentía que dependía demasiado de ellos. Es mi forma de ser… En lugar de tomar yo una decisión muchas veces espero que la tome el caddie por mi y luego no estoy cómodo con ella…», revelaba el español.
Así que esta semana decidió tomar las riendas de su juego al ciento por ciento. Para bien o para mal, pero buscando a la larga más compromiso con las decisiones y con su propio juego.
Y va a continuar en la misma línea. «Probablemente voy a continuar con este trabajo conmigo mismo y con mi propia confianza, quizá hasta final de año. Entonces seguramente cogeré un caddie y ya veremos a dónde vamos desde ese punto». De momento, en el Barclays de la semana que viene, primer torneo de los play off de la Fedex, el elegido va a ser Wayne Richardson, un empleado de la CBS americana en las coberturas de golf que hace la cadena.
Más allá del resultado de la estrategia, espectacular a las primeras de cambio, la decisión de Sergio demuestra dos cosas. Una, que este chico de Borriol se mueve en unas coordenadas completamente diferentes al común de los profesionales. Y dos, que a estos ‘bichos raros’, a estos genios, hay que dejarlos a su aire y a su tran-tran.
