Francisco Fernández Fábregas era el embajador de España en Polonia. Ya no lo es…
Cometió la absoluta torpeza de exclamar «vamos a dar por saco a los franceses», con una cámara delante de sus narices, durante el partido España-Francia de los cuartos de final de la pasada Eurocopa. Destitución fulminante trece días después del hecho.
No es un comentario propio de un diplomático, no. Una señora metedura de pata que, supongo, debe pagar. Desconozco la trayectoria de Fernández Fábregas, pero un vistazo somero a su currículo revela que no es un don nadie.
El fondo de la cuestión, incluso tratándose de un diplomático, resulta tan ridículo como pueril. Pero, ay, las formas cuentan más que el fondo.
Y así nos va: cientos, miles de LADRONES (el fondo) de guante blanco (las formas) que campan a sus anchas en el corral de las finanzas y de la política. Hasta que los cazan. Y, entonces, destituciones hay más bien poquitas…
