Padraig Harrington anda retrasado en la carrera del equipo europeo de la Ryder. Pero su nivel de juego está mostrando picos más que interesantes. Aquel 8º puesto en Augusta, este último 4º en el US Open… Y veremos cómo acaba esta semana en Royal Portrush…
Para que nos hagamos una idea: aún ganando en Irlanda el domingo, todavía se quedaría en zona templada en la clasificación Ryder.
Existe, claro, otra posibilidad: si mantiene un nivel alto de juego, aunque finalmente no se ganara su plaza directamente, ¿entraría en las quinielas de José María Olazábal para sus dos elecciones? La respuesta a esta pregunta tiene su morbo, por supuesto, pues es bien conocido que la relación del irlandés con Chema (y con otros jugadores españoles) ha sido en el pasado más tirante que otra cosa…
Un apunte al respecto:
El efecto ‘pegamento’ de la Ryder es indiscutible y está más que demostrado. Faldo y Seve pueden ser un buen ejemplo de ello. Olazábal no descartaría nunca por anticipado la opción de llamar a un Harrington al ciento por ciento. Mucho menos jugando en Estados Unidos. Allí hay que tenerlos bien puestos.
Aún recuerdo el abrazo (sincero y efusivo) entre el vasco y el irlandés en Gales, hace dos años, una vez reconquistada la Copa.
