Inicio Blogs David Durán Faltan 1.461 días…

Faltan 1.461 días…

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Larga esprera de más de ocho horas en en el aeropuerto de Charlotte. Un buen pasatiempo: Alejandro y yo recordamos las mejores escenas presenciadas ‘in situ’ en el Olympic. Bien sea por un golpazo, bien por alguna otra circunstancia curiosa, divertida o, incluso, trascendental.Como es lógico, en la relación salen varios de los españoles, que son a quienes más hemos seguido sobre el terreno…

– Un drive de Rafael Cabrera Bello en el hoyo 10, el jueves, absolutamente impagable de ver allí. Potentísimo y dibujando el dog leg de izquierda a derecha casi al milímetro para dejar la bola a unos setenta metros del green.

– Un disparo de Gonzalo Fernández Castaño en el 14, el viernes. Era un segundo tiro y tenía que sacarla cerrando y bajita, para no pegar en las ramas bajas de un árbol que le cerraba el camino hacia el green. La bola le obedeció, bajita, cerrando, botando a unos veinte metros del green y escalando, escalando, hasta coronar y quedarse a unos ocho metros de bandera. Así se salva uno del bogey o del doble bogey…

– Una bola rodando por el green del hoyo 17 que entra en el hoyo sin que uno vea en absoluto quién y cómo la ha embocado. Si es para par, birdie, eagle… Griterío ensordecedor y nada, que no hay modo de ver quién y cómo desde nuestra posición. Hasta que aprece Ernie levantando los brazos como pidiendo perdón…

– Un chipecito de birdie de Álvaro Quirós en el 18 el jueves. Y la reacción posterior y celebración con la grada.

– Los drives de Sang Moon Bae de derecha a izquierda, draws maravillosos.

– La cara de McDowell después de quedarse su bola muy mal puesta a la derecha de la calle del hoyo 1, el viernes. Aquí no ha pasado nada, parecía decir. Por cierto, salvó un gran bogey.

– Tirazo de Sergio el domingo desde la calle del hoyo 5, cerrando muy ligeramente para ir buscando una bandera muy complicada… Y la muy mala valoración que se hizo del mismo en los graderíos que rodeaban aquel green. Sin poder ver cómo aterrizaba la bola, deducimos por la intensidad de los aplausos y los gritos que estará a cuatro metros de la bandera. Pero apenas se había quedado a 0.70 metros…

– Una sacada de bunker de Colsaerts en el 17 para dejarse casi dado el birdie desde unos 35 metros.

– La sonrisa de Matteo Manassero yendo a entregar la tarjeta el viernes con el corte en el bolsillo.

– Miguel Ángel Jiménez trabajando las sacadas de la arena el sábado.

– Un tío extrañísimo que seguía los partidos de Sergio. Ahora vestido con la camiseta de Higuaín de la selección argentina; ahora con una de Sergio Ramos de la española. Juraría que no es argentino ni español. Tiene que ser, eso sí, del Madrid. Por cierto, cuento más camisetas, sudaderas o similar del Barcelona que del Madrid en el Olympic…

(Alejandro, muy culé y muy honesto, me dice que él no ha visto tantas camisetas del Barça. El problema, le digo, es que eres muy bajito y no ves, hijo, no ves…)..

– Un marshall con una melena de casi un metro de largo, blanca como la leche. Y tatuajes de cuando los tatuajes significaban algo. Tiene unos sesenta años y, seguro, guarda un pasado hippie en comunas de San Francisco. El golf no es para los pijos, pienso. No, al menos, en el mundo anglosajón. Por supuesto, no llevo la cámara. Desaplicación.

Y aquí lo dejamos: nos disponemos a buscar un bar donde pongan el partido de España.