Permitan que les repita una de mis cantinelas favoritas.
¿Saben por qué el golf es un deporte y espectáculo único, irrepetible, absolutamente peculiar?…
Pues, entre otras cosas, porque después de haberse disputado 36 hoyos de todo un US Open, con el Número 1 y el Número 2 del mundo, Donald y McIlroy, haciendo las maletas, uno puede encontrarse los siguientes nombres en el top-ten del torneo:
– John Peterson. Norteamericano. Un jugador de 23 años con gran futuro, miembro del último equipo de la Walker Cup y todo lo que ustedes quieran… Pero que está disputando su primer US Open, al que ha accedido por las previas, y que se hizo profesional el año pasado.
– Michael Thompson. El líder del jueves. Fue Número 1 amateur hace unos años, pero éste es su primer ‘major’ como profesional, al que ha accedido por las previas.
– Blake Adams. Jugador con algo más de recorrido, en efecto, que ha ido sumando algunos buenos resultados en el PGA Tour (tiene 36 años y suma 14 top-ten en el circuito americano)… Pero que disputa también por primera vez el US Open.
– Aaron Watkins. 29 años. Viene de fallar un corte en el Nationwide y se ha metido en su primer US Open por las previas…
– Y la marimorena: Beau Hossler (en la imagen), amateur de 17 años que se ha metido en el US Open a través de las previas por segundo año consecutivo. Va al Instituto todavía y aspira a ingresar en la Universidad de Texas el próximo otoño.
Lo normal es que la mayoría, si no todos, vayan cayéndose, pero esta situación descrita no tiene parangón posible, ni remotamente cercano.
