En pie a las cuatro de la madrugada. Burlingame, San Francisco. ¿Jet lag? No. Más bien una espantosa digestión de un plato-ladrillo de pasta rebozado en algo así como un revoltijo de pollo y Maicena…
Después, ya en el Olympic, no soy capaz de sacarle el lado positivo a nada. Un día pestoso de Macizo Central a mediados de julio.
– La puñalada del US Open a Gonzalo en el primer hoyo del torneo me deja tieso. No es justo. Tampoco me lo parece la hemorragia de bogeys de Miguel.
– Cada seis minutos, más o menos, aparece una galletaza en mi ordenador: Error/type/Error*1009/noséqué… Con todos sus muertos.
– España gana y me quedo frío.
– McIlroy se arrastra y yo también.
– Incapaz de juntar letras de alguna manera medio decente.