Vamos hoy con una de periodismo.
Internet, bendita herramienta. Hay que ver lo que nos ha facilitado la labor. Procesos de documentación que antes, sin exagerar, podían llevarte una tarde entera, hoy quedan resueltos en apenas tres minutos…
Por desgracia, también es un pozo insondable de mediocridad. Las noticias vuelan de un medio a otro sin que muchas veces nadie se moleste en aclarar quién levantó la liebre.
Por un lado, se entiende, porque la cadena de transmisión marcha a velocidad de vértigo (medio-twitter-facebook-otro medio-twitter-otro medio-facebook…) y no siempre es sencillo rastrear el origen. Por otro lado, es un evidente parapeto de periodistillas que ni siquiera merecen ser llamados así, porque incluso copian y pegan textos valorativos o de opinión (por ejemplo, párrafos enteros, con puntos y comas, de una crónica).
