No hay que ser doctor en antropología para hacerse una idea muy aproximada del camino pedregoso por el que transita Gonzalo Fernández Castaño en 2015. Desde octubre de 2014, si queremos ser más exactos, que es cuando comenzó la temporada del PGA Tour. Nueve meses sin apenas verle punta a nada que tenga que ver con el golf, su profesión al fin y al cabo.
Lágrimas en público, ni una. En privado, aún menos. Quizá alguna que brote a solas… Sólo lo sabe él. Pero no se entretiene en corros de plañideras. Se agradece y se valora. El sueño americano arrastraba una estela de pesadilla (¿qué gran sueño no la arrastra?), pero la realidad también dice que la experiencia, la aventura, ya ha dado frutos. Cierto es que son a cobro aplazado, pero de valor incalculable. El tiempo lo pondrá todo en su sitio, con o sin tarjeta del circuito americano.
Así pues, no hay lugar para los reproches. Los que él pudiera hacerse, digo. Más bien, es hora de recrearse en el exclusivo ‘Club de los Cincuenta y Tres’, al que Gonzalo pertenece desde hace tiempo, porque son sólo 53 los jugadores que han conseguido ganar siete o más torneos del circuito europeo en toda su historia.
La lista de los ‘socios’ del club sobrecoge: Severiano Ballesteros, Bernhard Langer, Nick Faldo, Colin Montgomerie, Lee Westwood, José María Olazábal, Miguel Ángel Jiménez, Ernie Els, Greg Norman, Vijay Singh, Sandy Lyle, Ian Woosnam, Retief Goosen, Mark James, Paul Casey, Martin Kaymer, Padraig Harrington, Michael Campbell, Justin Rose, Luke Donald, Rory McIlroy, Darren Clarke, Graeme McDowell, Nick Price, Mark McNulty, Thomas Bjorn, Tiger Woods, Phil Mickelson, Jack Nicklaus, Tom Watson, Tony Jacklin, Ian Poulter, Howard Clark, Manuel Piñero, Sergio García, Charl Schwartzel, Paul Lawrie, Louis Oosthuizen, Henrik Stenson, Robert Karlsson, Eduardo Romero, Adam Scott, Graham Marsh, Rodger Davis, Neil Coles, Peter Oosterhuis, Des Smyth, Ronan Raferty, Sam Torrance, Bernard Gallacher, Brian Barnes, Gordon Brand Jr… Y Gonzalo Fernández Castaño. Ni uno más, por el momento.
Es tiempo, por tanto, de salir a ganar un maldito torneo en los Estados Unidos de América. SALIR A GANARLO con toda la naturalidad, sencillamente porque uno pertenece al ‘Club de los Cincuenta y Tres’.
