Inicio Blogs David Durán La carta

La carta

Compartir

No hace falta abundar en el bonito gesto. Se define por sí solo. El error de un niño y el padre que corrige e instruye.

Lo que me fascina, aún a riesgo de resultar frívolo, es que el padre tenga la feliz ocurrencia de hacerlo a través de una carta manuscrita. Pensábamos que ya no existían.

Y recordamos que sí, que las formas cuentan:

Que dar los buenos días con una sonrisa puesta no hace ningún daño.

Que dar las gracias sirve para algo.

Que perder el tiempo, lápiz en mano, tiene todo el sentido. Mucho más para un muchachito de siete años.