Inicio Blogs David Durán La dama (de hierro) se esconde

La dama (de hierro) se esconde

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Bandera de la USGA © USGA
Bandera de la USGA © USGA

Habrá quien celebre el paso atrás de la USGA en esta edición del US Open: un ganador en -13 y más de treinta jugadores con un acumulado final por debajo del par. A otros, sin embargo, no nos ha emocionado demasiado, aun admitiendo que a veces se les desbocaba el potro. Lo dicho, tantas y tantas veces: algo había de fascinante en el proceder de la USGA, en la elección libre, meditada y mantenida en el tiempo de seguir jugando con fuego, aunque tantas veces se quemaran. En la determinación de no ser políticamente correctos y de llevar al límite una idea tan personal de lo que es un reto formidable.

Los jugadores, qué duda cabe, han ganado este asalto, pues la USGA ha atendido sus peticiones de clemencia y justicia. ¿Es una nueva línea a seguir, también en Winged Foot el año que viene y en adelante, o sólo un paréntesis conciliador en el camino?

Habrá que esperar un año para saberlo, aunque algo nos dice que este puente que ha tendido la USGA con el gremio de los jugadores de élite ya no se tirará abajo.

Sea como sea, lo cortés no quita lo valiente. Este US Open en Pebble Beach ha sido un torneazo en todos los sentidos. Un gran campo, cosa sabida, un reñido y abigarrado grupo de excelsos candidatos y un ganador primerizo de Grande que los ha tumbado a todos: el delfín se comía con patatas a los tiburones.