– El año 1987 es el primero que recoge completo el historial del ranking mundial de un modo sistemático, ordenado y hasta la última semana del año. Han pasado, por tanto 30 años. Un buen y redondo momento de hacer un balance general de cómo le ha ido a la Armada, que siempre ha mantenido efectivos ahí arriba dando lustre al golf español, confiriéndole presencia y peso entre los mejores.
El ránking mundial cumple 30 años
– El año 2017 que ahora finaliza es único y especial en un sentido: en treinta años de historia del ranking mundial será la primera vez que el golf español acaba el año con tres jugadores en el top-20, Jon Rahm (número 4), Sergio García (11) y Rafa Cabrera Bello (20). Nunca hasta hoy había ocurrido. No por ello, sin embargo, puede establecerse que el 2017 haya sido el mejor ejercicio histórico en lo que respecta al ranking mundial. Al menos es discutible según desde el punto de vista que se mire…
Será la primera vez en la historia que tres españoles acaben en el top 20 mundial
– Por ejemplo, hubo un año en el que dos españoles se comieron las uvas dentro del top-5 mundial: fue en 1991, cuando José María Olazábal terminaba como número 3 y Severiano Ballesteros como número 4. Es la única vez que esta situación se ha dado en la última semana del año. Además, hubo otros dos años más en los que Chema y Seve remataron el año dentro ambos del top-10 mundial. Ocurrió en 1989, cuando Seve acabó número 3 del mundo y Olazábal número 7; y de nuevo en 1990, con los nombres invertidos: Olazábal número 3 y Severiano número 7. Desde entonces no ha vuelto a ocurrir, aunque en 2017 ciertamente se ha rozado.
1991 es un año único: dos españoles terminaron en el top 5 mundial
– Se puede mirar desde otros puntos de vista el valor de un año para la Armada según el ranking mundial. Por ejemplo, el año 2012 ha sido el único en la historia en el que seis españoles terminaban dentro del top-100 mundial: Sergio García (número 16), Gonzalo Fernández Castaño (33), Miguel Ángel Jiménez (54), Rafa Cabrera Bello (58), Pablo Larrazábal (85) y Álvaro Quirós (90). Este año 2017, por ejemplo, serán sólo tres los que acaben dentro los cien mejores (los citados Rahm, García y Cabrera Bello). ¿Qué es mejor o tiene más valor?
El récord de 2012: seis españoles en el top 100 mundial
– El año 2011 también fue único y especial por un motivo: ha sido el único ejercicio que se cerraba en diciembre con cuatro jugadores españoles dentro del top-50 del mundo: Sergio (17 del mundo), Quirós (22), Jiménez (44) y Fernández Castaño (49). Nunca había ocurrido antes ni después ha vuelto a ocurrir.
Sólo una vez hubo cuatro españoles en el top 50 a final de año: 2011
– En estos 31 años de ranking mundial (1987-2017) el golf español ha terminado en diciembre con al menos un jugador dentro del top-10 del mundo en quince ocasiones. No está nada mal. Seve, el único español número 1 mundial de la historia, acabó en esta posición en 1988, y por tanto a este año también hay que considerarlo como único y especial…
El propio Seve fue segundo en diciembre de 1987 y Sergio en el cierre de 2008. Olazábal, por su parte, cerró el año como número 3 en dos ocasiones (1990, 1991). Sólo Seve, Chema, Sergio y ahora Rahm han cerrado alguna vez el año dentro del top-10 mundial.
Rahm se une al exclusivo club de cuatro españoles que han finalizado el año dentro del top 10 mundial
– Como se ve, todo depende en buena medida del enfoque que se le quiera dar. A otro nivel, digamos, también se puede destacar el año 1992, pues ha sido el único en el que hasta siete españoles terminaban en diciembre dentro del top-150 del mundo: Olazábal (número 4), Seve (13), Pepín Rivero (45), Jiménez (102), Miguel Ángel Martín (117), José María Cañizares (120) y Santi Luna (146). Antes y después nunca se ha vuelto a alcanzar esa cifra dentro del top-150, un listón que tampoco parece tan inalcanzable o insuperable…
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La gran pregunta es: ¿qué es mejor o más valioso, tener a tres españoles en el top-20 del mundo o a diez, doce o quince en el top-150, algo que todavía no ha ocurrido nunca ni por asomo? Probablemente fuera más valiosa la segunda opción, entre otras cosas porque, con semejante base, quizá se diera más veces la primera…
