Es el equipo europeo quien viene ganando todas y cada una de las ediciones de la Ryder Cup desde 2008, y seis de las últimas siete. Prisas, las justas. En el bando norteamericano, sin embargo, hierven ya las barras y estrellas. Ha quedado muy claro tras las declaraciones en Abu Dhabi de Jordan Spieth y Rickie Fowler, priorizando ambos (especialmente el Número 1 del mundo) la victoria en esta competición sobre todo lo demás en el año 2016…
La estrategia europea va por otro lado desde hace mucho tiempo, trabajándoselo mucho más de puertas hacia adentro que hacia afuera. Tanto McIlroy, hoy en Dubai, como Sergio, la pasada semana en Qatar, han manejado con destreza el capote y hasta quieren hacernos entender que sus rivales, con energías renovadas y hambre infinita, son claros favoritos. «De hecho, Estados Unidos estuvo muy cerca de ganar en 2010 y 2014, mucho más de lo que ahora parece», aclara Rory, que además cree que la presencia de Tiger y Mickelson como vicecapitanes en el vestuario puede ser desequilibrante.
De puertas hacia adentro, sin embargo, hay que señalar lo serio que se tomaron el asunto en la Eurasia Cup Darren Clarke y sus dos lugartenientes y elecciones, Ian Poulter y Lee Westwood. Las arengas eran amables, pero firmes y diarias, y el espíritu de la Ryder lo impregnó todo. Matthew Fitzpatrick aún está alucinando de gusto con aquello…
