Faltan 1.295 días…
No tiene uno mucho tiempo para darse unos garbeos lugareños cuando se cubre un torneo de golf, la verdad…
Las jornadas superan tranquilamente las doce horas de trabajo (de seis de la mañana a ocho de la tarde, por ejemplo) y durante el ‘tiempo libre’ se cena y se duerme. Alguna vez, echándole valor, te puedes tomar unas copitas, pero ya sabes que al día siguiente la jornada será aún más dura…
De todos modos, te llega para palpar algunas cosas.
En la Gira por el desierto (Abu Dhabi, Qatar y Dubai) se tiene demasiadas veces la misma sensación que cuando se ojea una de esas revistas de casas y pisazos. Qué salones tan fríos, cuánto y cómo es de caro y moderno el sofá, y también aquel cuadro pseudo impresionista, las estanterías y las sillas de formas imposibles. Sí, sí. Y qué poco vivido resulta todo. Casa, casoplón, pero hogar, lo que se dice hogar…
El dinero del petróleo y el gas lo compra casi todo, pero no ese poso ordenadamente desordenado que imprimen el tiempo y el gusto. En los Emiratos se construye mucho y bien, pero en un sentido figurado todas las casas se comienzan por el tejado. Quieren crear de la nada también una clase media que dote de ‘normalidad’ el transcurrir de la vida. Pero no sé si eso será posible.
