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Graeme McDowell ha vuelto a demostrar, como en el Accenture, que su capacidad de concentración y su arrojo en situaciones comprometidas se elevan en progresión geométrica.
El norirlandés fue uno de los tres jugadores que vencieron ayer al Blue Monster de Doral. En una jornada en la que un putt de medio metro tenía su complicación por culpa del viento, resulta que McDowell sacó adelante siete recuperaciones en ocho situaciones comprometidas (7/8), y varias de ellas con la navaja al cuello. Fue una prodigiosa demostración de juego en la trinchera, aderezada con dos birdies brillantes, especialmente el del hoyo 2, donde embocaba desde ocho metros y medio.
Veamos:
Comenzaba por el hoyo 10, donde salvaba un par desde 1,2 metros, evitando el tripateo.
– En el 11 salvaba otro par desde la misma distancia, 1,2 metros.
– En el 12 embocaba para birdie desde 3,3 metros. Un lujo tal y como estaba el día.
A partir de aquí, en los cuatro hoyos que que van del 13 al 16, G-Mac se untaba pegamento en los zapatos y se agarraba al campo prodigiosamente, salvando la vuelta. Ojo a su paseo por el alambre:
– En el 13 salvaba el par desde casi DOS metros.
– En el 14 salvaba el par desde casi TRES metros.
– En el 16 salvaba el par desde TRES metros. Y en el 17 repetía suerte desde un metro.
El 18 y el 5, curiosamente, los juega de cine, pero yerra para birdie en ambos casos desde menos de tres metros…
Y en el hoyo 6 firma el único borrón del día… ¡Pero está a punto de embocar para hacer el par desde casi diez metros!
McDowell, casi siempre, realza y protege sus evidentes aptitudes con el barniz de la ACTITUD. Así, con mayúsculas.
