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Otaegui y el fondo de la cuestión

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Adrián Otaegui ha desaprovechado en el Tshwane Open, aparentemente, una buena oportunidad para superar al menos su mejor registro en un torneo del circuito europeo, igualando tan solo el sexto puesto obtenido hace poco menos de un año en el NH Collection de La Reserva.

Pero el fondo de la cuestión con el joven vasco (22 años) es tan revelador como halagüeño. Por muchos y variados motivos.

De entrada, merced a cuatro sólidos puestos entre los 25 primeros, dos top-ten incluidos, anda en 2015 situado en el puesto 57º de la Race to Dubai y ha sumado ya, todavía en marzo, casi la mitad de los euros necesarios para alcanzar la cantidad que se estima imprescindible para mantener los derechos de juego.

Además hay un buen puñado de estadísticas que llaman poderosamente la atención comparadas con el año 2014, aunque los datos haya que tomarlos con prudencia, pues se están cotejando cifras que corresponden a sólo siete torneos frente a las de una temporada completa. Sin embargo, y con la debida cautela (insistimos), resulta prometedor que la media de golpes por vuelta sea en 2015 de 70,21 frente a los 71,52 de 2014. Una mejora de más de un golpe por vuelta es algo así como la misma vida en el golf profesional de élite. Al fin y al cabo, esta es la ‘estadística madre’, la más importante, pues es la que indica en este caso cómo se las arregla el jugador para HACER MENOS, que es de lo que se trata.

Si metemos algo más el bisturí comprobamos también que Adrián va ligeramente más largo desde el tee (seis yardas más de un año a otro) y, desde luego, coge muchos más greenes en regulación (1,5 greenes más por vuelta) y arroja mejores porcentajes en las recuperaciones alrededor de green (54,5 por ciento en 2015, frente al 50,9 de 2014). Sus datos con el putter en la mano andan muy parejos y tan solo pierde respecto a 2014 en seguridad desde el tee (aquel año terminó 7º  en esta estadística con un magnífico porcentaje del 74 por ciento de calles cogidas), si bien en 2015 también arroja unos números sobresalientes en esta parcela (un 67,9 por ciento que lo sitúan de momento en el puesto 21º del circuito).

Dicho de otro modo. Sigue creciendo. Algo que sin duda cabe esperar de un profesional tan joven, pero que en ningún caso hay que dar por hecho. En este punto cabe recordar algo que se ha comentado aquí en numerosas ocasiones y que tiene que ver con el DESEO, la VOLUNTAD y la ÉTICA DE TRABAJO: de todo ello anda Otaegui sobrado, anclado como está en el fondo y en las formas a un modelo inmejorable, que es el de José María Olazábal.