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“Que Dios te lo pague con un Grande”

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Jon Rahm en la jornada final en el Centro Nacional. © Golffile | Thos Caffrey

Hay que decirlo alto y claro. Quien más creía en las posibilidades de victoria de Jon Rahm en el Open de España, tal y como venían rodadas las cosas, era el propio Jon Rahm. No era un torneo de cinco estrellas, con la nómina de participantes en la mano, pero tenía más entidad de la que pudiera parecer, con una decena de top-100 mundiales y la presencia de una abigarrada y potente Armada española, siempre bulliciosa en nuestra tierra. Al fin y al cabo era de largo el segundo torneo más importante que se ha jugado esta semana pasada en el mundo y la disputa del Masters la semana inmediatamente anterior provocaba cierta incertidumbre acerca del rendimiento que podría ofrecer el número 4 del mundo.

Jon creyó antes que nadie en la posibilidad de ganar el Open de España y de una u otra manera nos la fue haciendo ver a todos…

La incógnita fundamental era una: ¿será capaz de resetear o borrar todas las emociones y sucesos del Augusta National para tener la cabeza centrada y dispuesta en la nueva y formidable tarea? Formidable, sí: ganar un torneo de golf, no lo olvidemos, es muy, muy complicado… Pero después de los primeros contactos con el jugador en los días previos ya avisábamos de que en efecto no venía de paseo. Estaba centrado y lo suficientemente fresco. Él creyó antes que nadie en la posibilidad y de una u otra manera nos la fue haciendo ver a todos…

 Rahm es profeta en su tierra, no cabe duda, y los medios están dispuestos a contarlo

Otra cosa es la dimensión que según pasaban los días iba adquiriendo su actuación, su mera presencia. Con ello no contaba el jugador, y mucho menos su círculo más cercano, sus padres, su hermano, su caddie, su agente… Todos ellos han quedado sobrepasados por la regocijante, ilusionante y abrumadora reacción de los aficionados. Y han sido al fin conscientes, sobre todo los familiares y amigos del jugador que han estado en el Centro Nacional, de la dimensión que está tomando, que ya ha tomado, el ‘fenómeno Rahm’ en España. Los ojos de asombro de su madre, Angela, los de su hermano, Eriz, y hasta los de su padre, Edorta, normalmente tan ‘echao pa lante’, eran elocuentes. En realidad, es un descubrimiento que de alguna manera hemos experimentado todos: Jon es profeta en su tierra, no cabe duda, y los medios están dispuestos a contarlo.

Jon Rahm en el hoyo 18 durante la ronda final del Open de España. © Golffile | Thos Caffrey
Jon Rahm en el hoyo 18 durante la ronda final del Open de España. © Golffile | Thos Caffrey

Al respecto de los medios, por cierto, puedo dar fe de que poco o nada le apetecía al jugador marcharse corriendo del campo a los estudios de Televisión Española para entrar en directo en el telediario de la noche, pero entendió que era una manera redonda de sacarle un rédito magnífico a tanto revuelo, un rédito contante y sonante para el golf español.

La acongojante vivencia de esta semana en Madrid ya ha quedado marcada a fuego para siempre en la piel de los Rahm

“Que Dios te lo pague con un Grande”, le decía con mucha gracia un señor que aguardaba ayer a que su hijo se llevara una gorra o una bola firmada del vencedor del Open de España. Y es muy posible que lo gane, hasta probable, incluso más de uno y de dos, y serán días de vino y rosas, pero la acongojante vivencia de esta semana en Madrid ya ha quedado marcada a fuego para siempre en la piel de los Rahm.

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3 COMENTARIOS

  1. No es por poner pega porque Rahm ha estado inmenso. Pero Nacho Elvira debería tener una atención más directa vuestra que sois la prensa más especializada y directa del golf en España.
    Nacho también estuvo colosal tuvo mala suerte pese a batirse como un campeón.

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