Faltan 788 días
Eso de estrenarse en el Champions Tour y hacerlo como gran favorito tras un Masters de fábula, resultaba una pizca inquietante…
Si algo sobra en ese circuito, por muy bien que llegara Miguel, es amor propio, orgullo y talento. Así que el Greater Gwinnett Championship era, a mi entender, un nido de avispas. O Jiménez mantenía el listón bien alto, o lo iban a sacar a gorrazos esos veteranos con el colmillo retorcido… Afortunadamente Miguel ha vuelto a dejar en calzoncillos cualquier análisis sombrío de avezado analista.
El de Churriana está de moda. Así que precisamente en estos momentos de luz y de color me pide el cuerpo recordar un pasaje reciente que ya contamos en Tengolf en su día. No fue tan ‘fashion’, pero sí más profundo.
Venía de ganar en Hong Kong unas cuantas semanas atrás y en Abu Dhabi salía el domingo como candidato al triunfo jugando junto a Pablo Larrazábal y Rory McIlroy en el penúltimo partido. Su comienzo fue espectacular, dos birdies en los tres primeros hoyos. Después, se despedía del triunfo en el arranque de los segundos nueve con tres bogeys consecutivos. Caminaba cariacontecido, qué menos. Pero en el 16, marchando hacia el green, aún se acercaba a Larrazábal, que luchaba por el triunfo: «vamos, que lo estás haciendo muy bien. Respira hondo y a por ellos», le dijo.
Estamos de acuerdo en que Pablo es un buen amigo suyo, pero el detalle tiene peso y valor.
