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Sergio y los caddies amateurs

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Resulta de lo más curioso, pero dos de las tres últimas victorias de Sergio, la del Wyndham 2012 y la reciente en Tailandia, han llegado con un caddie ‘amateur’, digámoslo así, llevando su bolsa

David Faircloth tuvo su semana de gloria y fama en agosto de 2012, cuando el jugador español decidió esa semana contratar a un caddie-jugador local. En aquel momento, la idea era clara: Sergio buscaba ganar en confianza y necesitaba comprometerse con cada golpe, tomando él y sólo él cada decisión en el campo. Midiendo todas distancias, calibrando el viento, escudriñando las caídas en los greenes…

Aquella semana, no lo olvidemos, el de Borriol buscaba una plaza en el equipo europeo de la Ryder. En Tailandia el asunto era bien distinto. Más relajado y en compañía de su chica, Katharina Boehm, a los mandos de la bolsa. Ella es, por cierto, una gran jugadora y además participó más que Faircloth.

Pero el resultado fue el mismo: victoria incontestable en ambos casos. En el Wyndham llegó al 18 el domingo con tres golpes de ventaja y en Tailandia todo estaba también prácticamente resuelto mucho antes del final.

Y tampoco debemos olvidar la presencia de Wayne Richardson, ‘spot’ de la CBS y amigo del jugador, que llevó su bolsa durante la Ryder 2012, ni más ni menos.

¿Simple casualidad? Por supuesto, no se trata de echar tierra sobre los magníficos caddies profesionales que han llevado y seguirán llevando la bolsa del español, sino de buscar una explicación a tan sorprendente situación. Quizá podrían aventurarse dos razones. La primera: el hecho de andar tan metido en faena, librito de yardas en ristre, le ayuda a mantener la concentración al 120 por ciento toda la vuelta. Segunda: en todos los casos dio la sensación clara, si nos atenemos al lenguaje de los gestos, de que el jugador español encajaba mejor los errores y le costaba menos pasar página. No había con quien repartir las ‘culpas’…

Sea como sea, vuelve a confirmarse esa dimensión genial de Sergio García. Y ya se sabe que a los genios no hay quien los entienda.