Nada comparable al triunfo, merecedor de atenciones y parabienes. Todos de acuerdo. Sin embargo, también podemos estarlo en que aquellos diecinueve segundos puestos que sumó Jack Nicklaus en los ‘majors’ siguen siendo un registro tanto o más sobrecogedor que las dieciocho victorias que cosechó.
Miguel Ángel Jiménez acaba de encadenar dos segundos puestos y suma ya veinte en el European Tour. Así pues, en 41 ocasiones el malagueño ganó o quedó segundo, lo que supone un 6,2 por ciento en sus 652 apariciones en este circuito. Este también es un registro sobrecogedor, sin que haga falta compararlo con el del gran Oso Dorado, por supuesto, único y puede que irrepetible.
Vayamos un poco más lejos. Desde que Miguel cumplió 45 años ha disputado 166 torneos en el circuito europeo, consiguiendo en este tiempo seis victorias, seis segundos puestos y un total de cuarenta apariciones en el top-ten. Esto es, desde que cumplió 45 años quedó primero o segundo en un 7,2 por ciento de las ocasiones, un punto por encima de la media de su carrera. Sobrehumano. Y lo es en el sentido más objetivo de la expresión, puesto que atenta contra algunas leyes elementales de la condición humana: pasados los 45, nos pongamos como nos pongamos, las curvas de la energía, la fuerza, la precisión y hasta la motivación son descendentes. O deberían serlo…
Un año más, este tipo de datos nos invitan a pensar seriamente en la opción que Miguel pueda tener de sumar un primer Grande a su palmarés. No sólo a soñar con la posibilidad, sino a valorarla convenientemente. El escenario del US Open, Chambers Bay, es un melón por abrir y las opciones del malagueño crecen ligeramente respecto a otras ediciones. Por eso él tenía tanto interés en estar presente. Es un recorrido que se estirará y acortará según las jornadas (ver reportaje sobre Chambers Bay), que puede llegar a las 7.600 yardas, pero que se juega algo más corto al ser un recorrido de estilo links.
Un mes más tarde nos veremos todos en el Old course de St. Andrews. No es el links escocés que mejor se le ha dado, aunque tiene buenos puestos allí (fue 26º en el British de 2000 y 27º en el de 2010). Sea como sea, sí parece un recorrido donde Miguel puede dar guerra. Sería una locura un triunfo suyo en el Santuario.
