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Gonzalo Fernández Castaño ha jugado en la últimas semanas un par de veces junto a Tiger Woods y en jornada de sábado. En Bay Hill y Augusta, ni más ni menos.
Cuando se hacen las cosas bien pasan este tipo de cosas, que uno se ve emparejado con los monstruos.
Le he preguntado al madrileño por la experiencia y él, con buen criterio, tampoco quería darse mucho bombo por la cuestión. Pero al final van saliendo detalles que me deja contar…
Desde un punto de vista más técnico, Gonzalo ha alucinado. “Lo que más me ha impresionado es la capacidad que tiene de mover la bola a su antojo con todos los palos”, cuenta. Aunque en realidad la lectura es mucho más profunda. “No es sencillo de explicar, pero al margen del resultado que pueda hacer, te ves al lado de él y te das cuenta de que se mueve en un nivel de calidad de pegada de bola en el que tú no estás”.
En el hoyo 12 de Augusta Tiger le preguntó si no llevaba hierro 8 en la bolsa… Sí lo llevaba, pero se había quedado oculto, quizá debajo de una toalla. Da una idea en cualquier caso de lo pendiente que anda el Número 1 de los detalles. Cualquier información es poca, mucho más en uno de los hoyos que más peculiares del mundo. El madrileño anduvo rápido: “sí lo llevo, pero a ti te lo escondo…”.
Alguna historieta más. Woods le contó al jugador español que cuando llegaba a su casa sin el Trofeo de ganador, sus hijos le echaban una pequeña bronca: “si vienes sin trofeo es que no has entrenado lo suficiente…”.
