El Olazábal & Nadal Invitational celebra esta semana su quinta edición. No hacía falta que estos dos deportistas de leyenda aunaran esfuerzos en la realización de ningún evento con fines benéficos y sociales para que los demás encontremos los estrechos puntos de conexión que los unen. Pero afortunadamente este Pro-Am, y aunque no sea el fin que persiga, es un escaparate, un recordatorio y un homenaje anual a muy concretos y preciadísimos valores que ambos representan, que trascienden al deporte y que, por tanto, podemos tomar como modelos vitales.
1. La importancia que ambos han concedido y conceden al esfuerzo y al trabajo. Hacen más que hablan: el que quiera peces, que se moje el culo.
2. El respeto inexcusable al juego. Su amor por el juego.
3. El respeto inexcusable al rival.
4. La determinación y el coraje para superar graves e impactantes lesiones, algunos momentos de seria zozobra profesional.
5. La lealtad a los suyos y a lo suyo.
6. La ambición y el deseo filtrados siempre en una prudencia atávica.
Y como quiera que ambos tuercen el gesto ante el halago debido a una timidez ancestral, lo dejamos aquí. Sus padres, familia y consejeros los crían y ellos se juntan.