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…Y Tom tampoco es un pegador impenitente

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Joohyung Kim. © Golffile | Mateo Villalba
Joohyung Kim. © Golffile | Mateo Villalba

Joohyung Kim brilla con luz propia y refulgente en la constelación del golf mundial, por todos los méritos que viene acumulando cuando apenas acaba de cumplir veinte años. Su victoria del domingo en el Wyndham lo ha catapultado a los play offs de la Fedex que comienzan esta misma semana y habrá que ver si también en este punto de la temporada, y de su incipiente y explosiva carrera, es capaz de erigirse en animador y protagonista.

¿Qué rasgos propios de su juego y personalidad podríamos señalar de este jugador? El primero, en los tiempos que corren, es obligatorio destacarlo: Tom Kim, pues así le gusta que le llamen, no es un pegador impenitente. No la revienta desde el tee. Tampoco puede decirse que vaya corto, desde luego, pero en el Wyndham, sin ir más lejos, en la estadística de Driving Distance terminaba la semana en el puesto 138º…

No le va la vida en ello. A pesar de su rabiosa juventud, tan propicia normalmente a la desmesura y al riesgo, Kim entendió muy pronto que su golf debía discurrir por otros derroteros. Así, el joven coreano busca fundamentalmente tener siempre la bola en juego. No en vano, sus registros en este sentido (Driving Accuraccy), así como en el de los greenes en regulación, suelen ser muy destacados. Aunque es muy cierto que esta semana se ha impuesto, por encima de todas las cosas, gracias a un impresionante despliegue en los greenes, pues terminaba el torneo ganándole a la media de los jugadores más de doce golpes con el putter en las manos (Strokes Gained: Putting).

Tom Kim no tiene absolutamente ningún problema en coger la madera 3 en el tee de algunos pares 4 donde la mayoría de los competidores no dudan en agarrar el driver, incluso aunque pueda encontrarse a continuación golpes de 170, 180 o 190 metros a green. Tal es la confianza que tiene precisamente en sus hierros medios y largos. Su ‘obsesión’, si es que puede llamarse así, es la de tener una y otra vez la bola en juego, en el fairway. En cualquier caso, sorprende su madurez competitiva en el campo, pues se trata de un jugador con una estrategia muy definida cada vez que sale a jugar y que, a pesar de su falta de experiencia, suele respetar el plan establecido.

El swing de Kim es, a grandes rasgos, un prodigio de ritmo. Y ya se sabe lo que se dice de este tipo de swings, sentencia tantas veces corroborada luego en la práctica: el ritmo es un gran ‘generador’ de consistencia y también un excelente aliado en el control de las distancias.

Cameron Young, otra de las grandes ‘novedades’ del 2022 en la parte alta de los rankings y las clasificaciones, responde más al perfil de gran pegador, justo el que parece más acorde a los tiempos que corren. Pero hay tipos como Tom Kim que siguen demostrando que afortunadamente no hay una única senda que lleve a los grandes registros y al éxito. Que nos recuerdan que el golf es mucho más que el piñazo y tente tieso.

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