La vuelta de ayer fue sencillamente espectacular, sin más. El día estaba complicadísimo y con unas banderas imposibles, algo que no se aprecia del todo en la televisión, así que el -3 de Gonzalo cobra más valor aún. No hay más que echar un vistazo al leaderboard y ver los grandes nombres que han fallado el corte: Mickelson, Donald, Sergio, McDowell…
El Masters es un torneo complicado no sólo por el trabajo físico que conlleva, sino por el desgaste mental que supone mantener la calma en los momentos difíciles, que son muchos. Ves a jugadores que se desesperan, y muchos de ellos con razón, ya que además de un muy buen juego se necesita algo de suerte. No sé si habréis tenido ocasión de ver lo que le pasó ayer a McIlroy en el hoyo 13, que tuvo la mala suerte tras dar un golpe muy bueno de que su bola impactara en un riego y rebotara hasta unas azaleas. En momentos así hay que ser capaz de resetear y hacer borrón y cuenta nueva, y no todo el mundo puede.
Lo pasamos muy bien animando a Gon por el campo, y nos encargamos de que se llevara una gran ovación en el 18, ya que fue ¡la primera vez en su vida que logró hacerle par a ese hoyo! Estoy segura de que romper la maldición del último hoyo va a marcar un antes y un después.
Lo único que me da pena de este torneo es no poder usar el teléfono para sacar fotos y actualizar la infomación en twitter. La política que tienen al respecto es muy estricta, y si te pillan con uno en el campo directamente te expulsan, así que hasta que no volvemos a casa estamos incomunicados, aunque tampoco está mal desconectar un poco de vez en cuando.
Os voy a dejar porque tenemos que prepararnos para la tercera jornada, el ‘moving day’. Ojalá tengamos un gran día, ¡como mínimo como el de ayer!
